"Entre los años 1960 y 2011, al menos 149 ciudadanos de Sakana han sido víctimas de la tortura mientras se encontraban bajo custodia de funcionarios públicos", asegura Unai Razkin, coordinador del proyecto de documental Arg(h)itzendocumentalArg(h)itzen, un relato que quiere sacar a la luz una realidad poco contada para que se abran caminos que conduzcan a la reparación del daño causado y al establecimiento de garantías de cara al futuro, según explica. "Pretendemos hacer una aportación a la solución democrática del conflicto y al establecimiento de un marco de convivencia pacífico, donde la violencia desaparezca para siempre de la disputa política", señala Razkin, miembro de la asociación cultural Aixita de Irurtzun, la plataforma desde la cual se pretende llevar a cabo el proyecto.

El título, Arg(h)itzen, lleva implícito un juego de palabras. Por un lado, argitu, significa esclarecer y por otro lado, hitz egin, hablar. "Creemos que es un buen reflejo de lo que debemos hacer como sociedad, hablar del tema, que no sea tabú y esclarecer lo ocurrido", apunta Razkin.

"Este sólo dato, 149 personas en Sakana, expresa la dimensión de una sangrante realidad íntimamente ligada a la pervivencia de un conflicto político todavía en vigor", sostiene Razkin, al tiempo que demanda una investigación imparcial y científica que cuente con el aval de las instituciones públicas de Navarra. Al respecto, recuerda que en febrero de 2020, el Gobierno de Navarra hizo público un informe donde se verificaban 169 datos de tortura entre los años 1960 y 1978. "Los casos posteriores a 1978 siguen sin ser investigados como consecuencia de un auto del Tribunal Superior de Justicia de Navarra que bloqueaba la financiación del proyecto emprendido a tal efecto a instancias del Parlamento de Navarra", dice. Asimismo, indica que, según los datos recabados por la Fundación Euskal Memoria, más de 600 personas de Navarra habrían padecido tortura entre los años 1960 y 2010 y que el número real de víctimas superaría el millar.

"La extensión que ha tenido la práctica de la tortura no puede entenderse sin la implicación directa y/o indirecta de los poderes del Estado", destaca, al tiempo que señala que "es la violencia más execrable por partir de funcionarios e instituciones que tiene la responsabilidad de garantizar los derechos humanos del conjunto de la sociedad. La tortura es la negación misma de la democracia y la convivencia", subraya.

EL PROYECTO

El documental se articulará en torno a testimonios de sakandarras víctimas de tortura y entrevistas a profesionales del Derecho, Psicología y Ciencias de la Salud, así como historiadores y periodistas. "Pretendemos sacar a la luz la arquitectura política, legal, judicial e ideológica que ha hecho posible la práctica de la tortura en nuestra sociedad, conscientes de que no ha sido desmontada y puede volver a ser operativa en cualquier momento", indicaRazkin. "Queremos ayudar a descubrir las herramientas y la red de complicidades que han posibilitado la invisibilidad y la impunidad de la práctica de la tortura", abunda. Asimismo, destaca que "nadie puede ser dueño de toda la verdad, nadie tiene la memoria de todo lo sucedido. La verdad y la memoria se construyen sumando, contrastando, discutiendo las verdades de todas las personas y agentes implicados en el conflicto".

En su opinión, este reconocimiento de la verdad sería el primer paso. "La tortura ha causado daños muy graves a miles de personas y al conjunto de la sociedad. No es algo del pasado", observa Razkin. "Es necesario el impulso de la sociedad para avanzar en la tarea de reparación y en el establecimiento de garantías de no repetición", abunda.

El equipo de trabajo está formado por Aitor Karasatorre y Luis Quintana, encargados de la imagen y sonido; Olatz Aldasoro, atrezzoa y comunicación; Juan Kruz Aldasoro, guión y entrevistas y Josu Imaz, relación públicas, además de Razkin en la coordinación del proyecto. "Con formación y trayectorias diversas, somos personas comprometidas con el tejido social de nuestra comarca", observa este último.

CROWDFUNDING

Para la financiación del documental, con un presupuesto de 30.000 euros, se ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding a través de la plataforma Verkami con el objetivo de conseguir 10.000 euros.

Las aportaciones pueden ser desde 25 euros, con la posibilidad de ver el documental antes de su estreno y crédito de mecenas. Con 35 euros se incluye una camiseta y con 60 euros, una lámina artística y una invitación al estreno privado del documental. En el caso de 100 euros se dará una litografía y dos invitaciones al estreno privado. Asimismo, está la posibilidad de ser sponsor, con una aportación de 500 euros. Además, se ha presentado el proyecto a las convocatorias de subvención de los ayuntamientos de Sakana y a la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del departamento de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Navarra.