- Una placa recuerda desde ayer el lugar en Donostia donde el joven de 19 años Joseba Barandiaran murió el 11 de julio de 1978 por disparos de la Policía Armada cuando participaba en una manifestación.

Representantes de todos los grupos municipales, con el alcalde, Eneko Goia, a la cabeza, junto con familiares, allegados y ciudadanos participaron en el acto de colocación del recordatorio que tuvo lugar a las 12.00 horas en el número 12 de la calle San Bartolomé.

La placa en memoria de Joseba Barandiaran es la número 13 de la iniciativa que puso en marcha hace tres años el Ayuntamiento de Donostia para “recordar a las víctimas de la violencia” en la ciudad, conforme al documento de reconocimiento de víctimas elaborado por el Gobierno Vasco, señaló Goia.

Esta es la primera que recuerda a “una víctima de la acción policial, hace 43 años, como consecuencia de los graves incidentes ocurridos en los sanfermines de 1978”, explicó.

Joseba Barandiaran Urkola falleció en el transcurso de una marcha en protesta por la muerte, tres días antes, de Germán Rodríguez en Pamplona por un disparo de la Policía Armada en los incidentes registrados en los sanfermines de ese año.

“Es un paso más en ese ejercicio de homenaje y de recuerdo a las personas que perdieron la vida en San Sebastián como consecuencia de la violencia”, señaló Goia.

La placa en memoria de Barandiaran es de color gris, diferente al anaranjado oscuro que se ha utilizado para las víctimas de ETA y el tono más amarillo para las de los grupos de extrema derecha.

“Los colores reflejan el tipo de autoría de las muertes, como viene recogido en el documento que sirve de base para la iniciativa que recogen víctimas de acción de policial, de organizaciones de extrema derecha y victimas de ETA, comandos autónomos y similares”, precisó el primer edil donostiarra.

“Con ésta, San Sebastián tiene los tres colores”, tras las instaladas en memoria de las víctimas de ETA y la de María José Bravo del Valle, una estudiante de 16 años violada y asesinada por el Batallón vasco Español en el barrio de Loiola en 1980.

El acto de ayer consistió, como en otras ocasiones, en una ofrenda floral ante la placa, en la que se ha colocado un pañuelo rojo con la leyenda San Fermin 78 y una foto de Joseba Barandiaran y de Germán Rodríguez.

Un grupo de personas acudieron con una pancarta con el lema Gogoan zaituztegu y coreó gritos como “Herria ez du barkatuko”.

Las placas en recuerdo de Juan María Araluce, asesinado a tiros por ETA en 1976 junto a su chófer, José María Elicegui, y sus tres escolatas, los policías Antonio Palomo Pérez, Luis Francisco Sánz Flores y Alfredo García González, inauguraron el 23 de marzo de 2019 la iniciativa de recuerdo a las víctimas.

A ellos siguieron los distintivos donde fueron asesinados Gregorio Ordóñez, Francisco Martín González y Fernando Múgica Herzog, todos ellos por ETA, Enrique Cuesta y Antonio Gómez, a manos de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, la niña Begoña Urroz Ibarrola, por el DRIL, y Mari Jose Bravo del Valle, por el Batallón Vasco Español.

La siguiente se instalará “seguramente después del verano”, indicó Goia, que no quiso revelar más detalles porque “son cuestiones complicadas y hasta el último momento no se sabe si va a ser posible”.