- La Comisión Europea ve con buenos ojos la idea de colocar una verja para frenar la llegada de inmigrantes irregulares a Lituania procedentes de Bielorrusia, pese a que no es partidaria de que ese tipo de medidas se financien con fondos europeos, dijo este martes el portavoz comunitario Adalbert Jahnz.

En un reciente viaje a Lituania, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, se mostró favorable a la idea de una barrera física para frenar el flujo migratorio desde Bielorrusia, después de que unos 4.000 inmigrantes irregulares hayan cruzado la frontera solo en lo que va de año. “Siempre hemos sido claros al decir que la Comisión no financia verjas o barreras. Tenemos cuidado en que los fondos (europeos) sean usados donde tienen un mayor valor añadido” y por ese motivo se busca invertir en soluciones para “una gestión integrada de las fronteras”, indicó el portavoz.

Ese tipo de soluciones pueden incluir sistemas de detección y otros proyectos, añadió. Para el portavoz, “no existe contradicción” en el hecho de que la Comisión considere que “puede ser una buena idea” poner una barrera para frenar la inmigración ilegal, pero que no destine financiación europea a ese tipo de infraestructuras.

Bruselas y las autoridades lituanas están buscando soluciones al problema creado con la llegada de migrantes irregulares y, en ese contexto, un equipo de funcionarios de la Comisión tiene previsto viajar a Lituania el próximo domingo para examinar sobre el terreno las medidas concretas que podrían ponerse en marcha.

Por su parte, el Parlamento lituano debate ya la construcción de esta alta valla metálica con concertinas en su frontera con Bielorrusa para frenar a los inmigrantes que han estado cruzando en cantidades récord. En caso de aprobación, el país báltico levantaría una valla metálica de cuatro metros de altura rematada en lo alto con concertinas a lo largo de 508 kilómetros de los 670 de frontera que comparte con Bielorrusia, con un coste de 152 millones de euros, según informó la agencia Servicios de Noticias del Báltico, citando al Servicio de Vigilancia de Fronteras Estatal de Lituania.

El Parlamento también debatirá si permite que militares lituanos patrullen la frontera y restringan temporalmente las peticiones de los solicitantes de asilo a lugares determinados, como controles fronterizos y embajadas, en lugar de cualquier punto del territorio lituano. En la actualidad, solo se permite a los guardias fronterizos patrullar en la línea divisoria.

De momento, no se han establecido las cantidades exactas que la UE destinará en ese contexto y las medidas a las que serán destinadas para ayudar en la gestión de los flujos, algo que exige completar primero un procedimiento, que ya ha sido iniciado, dijo.

Unos 4.000 migrantes irregulares, procedentes de Irak, Irán, República del Congo, Camerún, y Guinea, ya han cruzado la frontera entre Lituania y Bielorrusia en lo que va de año, en comparación con las 74 que lo hicieron el año pasado. Estos migrantes se alojan en campamentos de emergencia en distintas zonas del territorio. Lituania acusa a Minsk de trasladar a inmigrantes de Siria e Irak hacia la frontera y de utilizar la inmigración ilegal como “arma política”.

La UE está preocupada por la situación, que los ministros europeos de Interior abordarán en una videoconferencia extraordinaria convocada el próximo 18 de agosto, a iniciativa de Eslovenia, país que preside el Consejo de la UE este semestre.