- El PNV ha cerrado un fin de semana que ha servido para su rearme político en un contexto de incertidumbres. Los cambios se están produciendo en el mundo y en Euskadi a todos los niveles, no solo en la evolución de la agenda (con asuntos como el cambio climático y la igualdad, que están provocando que los jeltzales reajusten claramente sus prioridades para dar aún mayor visibilidad a estos asuntos, que ya estaban presentes en su gestión). También se están produciendo cambios en el terreno de juego de la política que le afectan.

Ha ascendido un nuevo liderazgo a la Ejecutiva de sus socios del PSE, unos socialistas que bajo la batuta de Eneko Andueza especulan con la posibilidad de forjar otras alianzas desde el espectro de la izquierda; y EH Bildu está jugando sus cartas con un perfil alejado de la pura resistencia y más pactista en el Estado, en Nafarroa, y quizás en la CAV si cuaja el acuerdo presupuestario. Todos estos movimientos se producen en puertas de las elecciones municipales y forales de 2023, lo que da una medida de la relevancia que va a tener esa contienda.

En este contexto, el PNV se enfrenta a tres fantasmas que agitan desde algunos sectores políticos: la pérdida de influencia en Madrid en beneficio de la izquierda abertzale, un hipotético desalojo de las instituciones vascas por un pacto PSE-EH Bildu-Elkarrekin Podemos en próximas convocatorias electorales, y la idea de que el PNV es un partido envejecido. Tres visiones que el presidente de la Ejecutiva jeltzale, Andoni Ortuzar, pareció combatir ayer en el BEC de Barakaldo agarrando por sorpresa una makila al final de su intervención, como símbolo de liderazgo político y social, y tras una intervención donde puso en valor la sintonía histórica del PNV con los vascos.

Los jeltzales están realizando una puesta a punto de su proyecto. Han presentado un diagnóstico elaborado con cincuenta expertos ajenos al partido y van a lanzar dos procesos de contraste con la sociedad que van a brindarles la posibilidad de ajustar aún más las prioridades y ensanchar su base social. Además de Entzunez Eraiki, pondrán en marcha la aplicación Zuk Esan, que tiene el claro objetivo de conectar con los jóvenes. Desde las juventudes del partido, EGI, desmintieron ayer la idea del PNV envejecido. De esa forma se rebate el monopolio de la agenda social que se pretende desde otras formaciones, o la idea de que el electorado joven se escore más hacia Podemos o la izquierda abertzale.

Y la tercera idea, sobre la influencia en Madrid, fue también reforzada por Andoni Ortuzar: dejó caer que, más allá de las cuarenta enmiendas que acordó el PNV con el Estado en los Presupuestos de Sánchez, habrá novedades en los próximos días. Ortuzar, en tono enigmático, aseguró que hay quien dice que el PNV ha perdido influencia en Madrid, y deslizó un "veremos" que parece anticipar más cesiones sobre el soterramiento del Tren de Alta Velocidad en su entrada en Bilbao, así como la encomienda de gestión.

El PNV ha votado a favor de los Presupuestos en su tramitación en el Congreso de los Diputados, pero ha matizado que no hay acuerdo con el Estado español y que el trámite sigue en el Senado, donde tiene margen para incorporar más enmiendas. Podría darse el caso de que algunas cesiones se encarrilen al margen de las Cuentas, sin necesidad de esas enmiendas de las que recela el Gobierno español porque alargarían la tramitación hasta las fechas navideñas. Podrían ser cuestiones como el propio protocolo del TAV o algunas actuaciones relacionadas con el aeropuerto de Foronda que no se han concretado.