- Elma Saiz (Pamplona-Iruña, 1975) subraya la importancia de los terceros Presupuestos de la legislatura y quita hierro a la retirada de la reforma de la Ley del Convenio, que espera volverla a llevar al Parlamento tras un periodo de "explicaciones a todos los grupos políticos".

Despidió el año con las terceras Cuentas, una nueva reforma fiscal y con el fiasco de verse obligada a retirar la renovación de la Ley del Convenio. ¿Tiene sensaciones ambivalentes?

-Despedí el año con algo muy importante para la ciudadanía, que son los terceros Presupuestos en un momento como el que estamos viviendo. Contar con las terceras cuentas consecutivas del Gobierno de María Chivite, que además llevan consignados unos fondos europeos, es un logro y una buenísima noticia. Además, acompañada de la aprobación de la ley fiscal, siguiendo el acuerdo de legislatura con importantes medidas en el IRPF de las que se van a a beneficiar los contribuyentes navarros y navarras. Son dos grandes noticias. Y bueno, con una por delante, la Ley del Convenio, importantísima, sobre la que seguiremos trabajando para conseguir su aprobación, en la búsqueda de los consensos necesarios. El ADN foral es nuestro Convenio Económico con el Estado.

Se dice de unos Presupuestos en esta coyuntura que son de la recuperación. Pero dada la volatilidad de la pandemia, ¿hay temor o previsión ante la posibilidad de que se reactive la crisis y desfase el nivel de ingresos previsto?

-El Departamento de Economía Hacienda lleva trabajando con un rigor exquisito, y más en estos momentos de incertidumbre, desde que se inició la pandemia. Los Presupuestos tienen un punto de partida que es la confección de un cuadro macroeconómico, con unas previsiones hechas desde la prudencia más absoluta. Diferentes organismos, fuera de la Administración, han revisado las previsiones económicas para Navarra, y sus previsiones son todavía mejores que las hechas desde el Ejecutivo. Tenemos una previsión del 5% de crecimiento del PIB para 2022 que es la horquilla más prudente y baja de otros organismos, que prevén un crecimiento mayor. Con las cifras de recaudación que vamos monitorizando, estamos en unas previsiones, respecto al cierre de 2020 en torno de un 13,5% más de recaudación y sobre un 4,5% más que al cierre de 2019. Ese mensaje es prudente, pero quiero ser clara, también optimista, de recuperación y de fortaleza.

¿Entonces no le preocupa que todas las previsiones de crecimiento para 2022 se estén corrigiendo a la baja?

-En sí mismas las previsiones y la situación son preocupantes, y me preocupan y me ocupan, pero insisto en el mensaje, las previsiones del cuadro macroeconómico hechas por el Ejecutivo son muy prudentes, calificadas así por la AIReF. Lo que pedimos es que cuando hagamos afirmaciones sean desde el rigor, como las previsiones realizadas. Esta pandemia nos hace estar alerta en el día a día.

Se dice que la economía también responde a estímulos anímicos y al ambiente social.

-La recaudación refleja el movimiento existente, y esas previsiones no hacen más que, desde la responsabilidad y la prudencia, lanzar un mensaje de optimismo. De esta vamos a salir, de manera conjunta, y estamos trabajando para que así sea. Son importantes los mensajes positivos. Aprobar unos Presupuestos, sacar adelante leyes, tener estabilidad política... Eso es positivo en sí mismo. Y tenemos que ser capaces de intentar vencer esa especie de mantras del imaginario colectivo. La situación es complicada, pero también es verdad que hay cifras y datos que apuntan a un optimismo y a una recuperación. La respuesta de Europa asimismo ha sido bien distinta, y eso es porque no da lo mismo quién esté al frente de los Gobiernos. Esta crisis mundial nos ha hecho verlo.

¿Agradece la disposición de EH Bildu al acuerdo presupuestario o lo ha puesto complicado?

-En estos momentos de incertidumbre y dificultad, de una pandemia global, tener voluntad de diálogo es bueno en sí mismo. Ser capaces de poner por encima el interés general creo que es positivo, una buena noticia, y eso fructifica en un acuerdo presupuestario.

Un proceso de negociación tal vez muy largo para la ciudadanía, por su tardanza y carácter previsible.

-No podemos convertir en algo negativo lo que es positivo. Que el Ejecutivo, que las fuerzas políticas, tengan que ponerse de acuerdo, buscar los consensos, dialogar y sentarse en una mesa de negociación buscando lo que nos une y superando lo que nos separa, además en este caso, cuando los acuerdos son públicos, transparentes y con unas prioridades sociales claras. Creo que la ciudadanía lo valora y lo demanda, y que esa es la política con mayúsculas. Evidentemente, eso es más complicado que disponer de un camino en el que no tengas que negociar con nadie. Precisamente, eso lo hace más virtuoso; acordar en una tierra como la nuestra, diversa y plural. Yo creo que eso es un valor en sí mismo de un Ejecutivo.

Sobre la Ley del Convenio: ¿Por qué cree que el 23 de diciembre en el Parlamento no hubo apoyos suficientes para sacarla adelante?

-Lo que yo deduzco es que hacen falta más explicaciones, más tiempo, y desde luego por parte del Gobierno no va a ser. Lo que también se escuchó es el reconocimiento al buen trabajo técnico, y me quedo con eso.

Explicaciones también internas, a su socio Geroa Bai.

-A quien haga falta. A todos los grupos políticos.

Aquí parece evidente que falló la comunicación. Así se criticó.

-Insisto en que por formas no va a ser, también es verdad que quien ha tenido responsabilidades de Gobierno o en esta materia, conoce que la dificultad estriba fundamentalmente en llegar a un acuerdo. Este es un acuerdo muy positivo con el Estado, y se ha seguido el protocolo como en otras ocasiones en cuanto a la convocatoria de las reuniones.

Cuando empezó el pleno, ¿esperaba ese desenlace? ¿Lo fiaba a una actitud más clara de Navarra Suma, o a apoyos de EH Bildu o Geroa Bai?

-Fue un pleno vivido con intensidad, porque sacar adelante los Presupuestos, las medidas fiscales y otra modificación de la ley de haciendas locales, era el fruto de un trabajo. Ese es el reconocimiento y la satisfacción con la que una se queda. Y en el último punto del orden del día retirar una ley para ahondar en las búsquedas de los consensos y las mayorías no es ningún problema.

Pero se podía haber retirado al inicio o de víspera. ¿Falló el detector?

-Insisto, yo creo que ese pleno fue intenso en toda su extensión, sacó adelante tres importantísimas leyes y vamos a seguir trabajando para sacar adelante esta ley tan importante que es nuestro Convenio, con unas reivindicaciones largamente trabajadas en aspectos financieros y tributarios.

¿Con la presidenta Chivite ha hablado después de ese pleno?

-Yo con la presidenta Chivite hablo prácticamente todos los días, y más en estas fechas intensas.

¿Se ha sentido respaldada por ella?

-Absolutamente.

¿Coser esa mayoría necesaria tiene un calendario previsto?

-Tendremos ocasión. Ahora lo que toca es empezar a poner en marcha el proyecto de Presupuestos, las medidas que entran en vigor el 1 de enero, seguir encima con los fondos Next Generation y seguir trabajando y dialogando, que es lo que hacemos a diario en el seno del Gobierno, que no se ha ido de vacaciones.

Vamos a la cuestión de fondo, al índice de imputación.

-Con un rigor técnico exquisito expliqué que no se producía ninguna modificación con respecto a los últimos 30 años en esta materia, competencia de la comisión coordinadora.

No todos aceptaron esa explicación. ¿En qué medida el Parlamento se podría quedar en una posición debilitada?

-Es que no se hurta facultad alguna al Parlamento y no se modifica nada de lo que se ha venido haciendo en los últimos 31 años. Vamos a explicar todo lo que haga falta y sea pertinente. Ese es el trabajo que tenemos por delante, y es lo que vamos a hacer; explicar y aclarar y profundizar todo lo que sea necesario.

Otro asunto pendiente es la transferencia de tráfico. ¿En enero por fin se podrá concluir?

-El aspecto financiero y tributario está interrelacionado en la transferencia. El trabajo es muy complejo, técnicamente requiere su tiempo y su análisis, pero no para. Vamos a ir viendo las próximas semanas y seguir avanzando. En una negociación también es importante medir los tiempos y ser también muy prudentes.