El discurso de Navarra Suma provocó ayer la crítica generalizada de los grupos políticos, que coincidieron en criticar la “fobia” de UPN a cualquier iniciativa que ponga en valor el euskera o suponga compartir algún tipo de cooperación con la CAV.

Fue Iñaki Iriarte (Navarra Suma) quien abrió la espita. Pese a que reconoció que el Plan Estratégico de la Eurorregión “tiene cosas positivas”, criticó la “falta de transparecencia” de este organismo, así como que “identifica al euskera como idioma común”. Aseguró que esta entidad “discrimina al español”, que “no ha hecho nada por promocionarlo y esto es excluirlo”. Además, subrayó que esta entidad “no puede ser el plan B de los irredentismos nacionalistas” y reconoció que “esto motivó la salida de la Eurorregión” decidida por UPN en 2011.

La intervención de Iriarte mereció una lluvia de reproches. Inma Jurio (PSN) le aclaró que “estas eurorregiones no constituyen administraciones propias ni tienen competencias políticas”, y señaló que “las fobias que UPN siempre ha tenido hacia una participación con el País Vasco han puesto cortapisas al desarrollo”.

Desde Geroa Bai, Jabi Arakama destacó que la Eurorregión es “una excelente manera de hacer ciudadanía europea”, y apuntó que “más allá de las fobias y las filias de UPN, es evidente que el euskera es la lengua común de los tres territorios de la Eurorregión, que pretende afianzar el multilingüísmo”. Criticó también el giro de UPN, “que ha pasado de no estar en la Eurorregión a querer abanderarla, pero no es creíble”.

Arantxa Izurdiaga recordó que “EH Bildu aspira a constituir una república vasca”, pero tranquilizó a Iriarte al precisar que tienen muy claro que “esta no es la vía para conseguirlo”. Hizo hincapié en que “el euskera es una lengua imprescindible en la actividad económica y cultural de la Eurorregión”, donde hay cuatro lenguas, pero “es necesario fomentar el euskera y el occitano porque no están en igualdad de condiciones con las otras dos”.

Los reproches recibidos hicieron que Iriarte pidiera un turno de réplica, que su compañero y presidente de la comisión, Carlos Pérez-Nievas, abrió aun “asumiendo las críticas” por hacerlo. El resto de portavoces dejaron constancia de que este turno, que realmente no cambió nada, no era reglamentario.