n el programa Sálvame, epítome de la basura televisual ibérica, suelen poner un rótulo en pantalla en el que dicen "Si tienes una información sobre un famoso, llama a este número". La misma indicación estará anunciada, supongo, en las cristaleras del Partido Popular en Madrid, calle Génova, el edificio ese que hace justo un año Casado dijo que pensaba enajenar porque "no podemos seguir preocupándonos por el pasado". Ahí se dedican a la receptación de dosieres. Es una actividad reconocida por Teodoro cuando contaba el pasado jueves su versión, indudablemente mentirosa, sobre de dónde venían sus cuitas con Ayuso: de unos papeles que entraron un día por la puerta de la sede. Luego Casado concretó en una entrevista de radio que tuvo en su poder unos documentos sobre un ciudadano, el hermano de la presidenta, que mostraban información sobre cuentas corrientes y declaraciones fiscales. Esos datos sólo se pueden conseguir de manera delictiva, porque o bien alguien de la administración los ha extraído ilícitamente, o bien han sido sustraídos de bancos y hacienda pública. El presidente del PP ha reconocido, como quien se toma un café, que trasegó con papeles de origen delincuencial; aún más, que los usó para sojuzgar al principal cargo institucional que ostenta su partido. Se advierten dos delitos en esa conducta: receptación (se produce cuando una persona ayuda a los responsables de un delito a aprovechar los efectos de dicho acto delictivo y conseguir el lucro pretendido) y revelación de secretos (descubrir secretos o vulnerar la intimidad de una persona a través del apoderamiento o interceptación de documentos sin su consentimiento). Ese es Casado y ese es el Partido Perista que preside, pues perista es la persona que se dedica a dar utilidad a los objetos robados. Queda claro que puedes entrar en la sede popular contando que tienes algo contra alguien, te reciben en su planta noble, probablemente tasen tu mercancía, la adquieran sin preguntar por su origen, y acabe en poder del presidente que la usará para sus propósitos políticos. Le ha tocado ahora a la presidenta madrileña, pero quién sabe hasta dónde puede extender sus funciones esa oficina de delaciones que han abierto. Obviamente, nadie preguntará al que lleve unos papeles cuáles son sus motivaciones incriminatorias, de qué cloaca proviene, y tampoco le señalará la dirección de la comisaría de policía más cercana para que cuente lo que sepa a la autoridad pública. Antes era Cospedal metiendo a Villarejo en el edificio escondido por el garaje. Ahora es una mafia más rutinaria, del día a día, que opera revestida de una permanente sonrisa cretina. Pero además, desde el momento en el que seas acusado, deberás ser tú el que demuestres tu inocencia, que es lo que en este caso le piden a Ayuso. Demuestra que no has dado una orden para que le adjudiquen un contrato a una empresa representada por tu hermano. La carga de la prueba recae en el anónimamente señalado, como en el peor totalitarismo comunista. Es la llamada prueba diabólica o prueba inquisitorial, que en el ámbito del derecho describe la práctica de exigir por parte del jurado una constatación a favor de la no participación del reo en la comisión del delito imputado. Este es el nivel en el que se desenvuelve el primer partido de la oposición, el que se supone estaba llamado a proporcionar una referencia alternativa al actual Gobierno, al que acusan de cercenar las libertades y descuartizar España. Casado y Teodoro, Teodoro y Casado, atados a sus patéticos personajes, demostrando cuánta miseria son capaces de atesorar. Hundiendo el PP para siempre.

Hay una cosa que me gusta especialmente de Ayuso, y es que es una política que no se dedica a decir a nadie lo que debe hacer, actitud extremadamente infrecuente en quienes gobiernan. Nos hemos acostumbrado a que cualquier pelamingas aupado a un cargo nos proponga modelos de vida, comportamientos y sometimientos a reglas de su invención, y use su poder para mucho más que para lo que se lo concedió el elector. Sólo por eso, ya es una excepción en la escombrera. Pero además, y algo la conozco, es incapaz de jugar con su mando en beneficio de nada que no sea lo que ella cree que conviene con carácter general. Es incapaz de decir a nadie que contrate con un proveedor porque su hermano sea el comercial de la firma, de esto no tengo ninguna duda. Tampoco la tengo de que Casado está absolutamente muerto. O lo largan ahora, o lo largarán el día después del abrumador fracaso electoral al que indefectiblemente conduce a su partido.

Casado ha reconocido que usó papeles de origen delincuencial para sojuzgar al principal cargo institucional que ostenta su partido

Como vasos comunicantes, Vox irá creciendo a medida que el PP se vaya vaciando, como esa España que unos y otros dejaron deshabitar