PAMPLONA - Mejor, más despacio. El eslogan de la Dirección General de Tráfico cobra hoy pleno sentido con la entrada en vigor de la reducción de los límites de velocidad en las carreteras convencionales de todo el Estado a 90 km/h para los turismos, autobuses y motocicletas, y 80 km/h para los camiones, una medida que en Navarra afecta a 3.454 kilómetros, es decir, al 90% de toda la red viaria. Las carreteras secundarias de la Comunidad Foral registraron el año pasado 24 víctimas mortales, lo que representa el 87% de los 28 muertos que hubo en el conjunto de las vías interurbanas (4 muertos se registraron en autovías y autopistas) y el 70% de los 34 muertos que constituyeron el balance total del año pasado.

El objetivo principal de esta modificación del Reglamento General de Circulación es “reducir la siniestralidad y cumplir el objetivo marcado en la estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 de bajar a 37 la tasa de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes”, según recalcó ayer el delegado del Gobierno de Navarra, José Luis Arasti, que compareció en conferencia de prensa junto a la jefa provincial de Tráfico en Navarra, Belén Santamaría; y el comandante de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Navarra, Agustín Aznárez. Dicha tasa se situó en 39 muertos por cada millón de habitantes en el conjunto del Estado en 2017, mientras que en Navarra fue de 43 el año pasado al registrarse 34 fallecidos, cuando para alcanzar el objetivo no se deberían superar las 23 víctimas mortales.

LÍMITES DEL SIGLO PASADO Los límites de velocidad que hoy han sido modificados “se fijaron a principios de los años 80 del siglo pasado, cuando la red viaria española no tenía casi kilómetros de vías de alta capacidad, situación completamente distinta a la actual”, destacó Arasti. En concreto, la medida que hoy entra en vigor supone la desaparición de los diferentes límites de velocidad genéricos establecidos, 90 y 100 km/h para turismos y motocicletas, en función de si la vía disponía o no de metro y medio de arcén practicable, y lo reduce a una limitación general de 90 km/h.

Con este cambio normativo también se uniformiza la velocidad de los camiones en carreteras a 80 km/h, límite que es común en la gran mayoría de los países de la Unión Europea, mientras que en el caso de los autobuses, la limitación genérica de velocidad es de 90 km/h debido a la baja siniestralidad continuada de este tipo de vehículos, que en el caso de Estado tiene un ratio de fallecidos/tipo de vehículo (autobús) un 40% menor con respecto al ratio total de la UE. Pese a esta velocidad, la norma establece una nueva excepción a aquellos autobuses que no tienen cinturón de seguridad, que no podrán circular a más de 80 km/h.

OBJETIVO: REDUCIR LA SINIESTRALIDAD El año pasado murieron 877 personas en accidentes de tráfico en vías convencionales en todo el Estado. De ellas, 24 fallecieron en vías secundarias de Navarra: nueve fallecieron como consecuencia de una colisión frontal, ocho por salida de vía, cinco por colisión lateral y dos por atropello a peatón, mientras que en vías de gran capacidad (autopistas y autovías) solamente murieron cuatro personas en la Comunidad Foral, tres más que en 2017. “Las carreteras convencionales son las vías con mayores índices de siniestralidad. Siete de cada diez accidentes con víctimas tienen lugar en dichas carreteras”, precisó Arasti, quien advirtió que “la velocidad inadecuada es la causa concurrente en el 20% de los accidentes de tráfico”.

VELOCIDADES MÁS HOMOGÉNEAS Además, la iniciativa que entra hoy en vigor supone reducir la diferencia de velocidad entre vehículos de transporte de viajeros y mercancías respecto de los turismos. Los países de la Unión Europea con menores tasas de fallecidos por millón de habitantes en accidente de tráfico tienen, según datos del Ministerio de Interior, un diferencial de límite de velocidad entre vehículos ligeros y pesados, en carreteras convencionales, que oscila entre 0 y 10 km/h.

Según diferentes estudios, los vehículos que circulan a velocidades dispares de la media de la vía, como pueden ser los camiones en relación con los turismos y las motocicletas, son más susceptibles de provocar un accidente, con una probabilidad seis veces mayor que si estos vehículos circularan a la media del resto de los vehículos. Además, velocidades de circulación más homogéneas favorecen la fluidez del tráfico.

MENOR LESIVIDAD Por último, las nuevas limitaciones de velocidad también pretenden disminuir los efectos negativos de los siniestros y el potencial lesivo de los mismos mediante la creación de un “sistema seguro vial”, indicó José Luis Arasti, que detalló que a 90 km/h se necesitan 14 metros menos para frenar y detener un vehículo que si se circula a 100 km/h. Estas distancias aumentan en un 70% si la calzada está mojada.

El delegado del Gobierno en Navarra admitió que “los cambios cuestan, pero no podemos relajarnos y pensar que todo está hecho” y apostó por “seguir trabajando en la política de seguridad vial y en la educación” para reducir los accidentes de tráfico y los fallecidos. Además, recalcó que se debe seguir poniendo el foco sobre la velocidad, el alcohol, las drogas y las distracciones al volante, causas de la mayoría de accidentes.

En este sentido, el comandante de la Unidad de Tráfico, Agustín Aznárez, comentó que en los últimos años se mantiene la estadística sobre el consumo de alcohol al volante, pero que “preocupa” el aumento del consumo de drogas, ya que un tercio de las pruebas de drogas que se realizan dan positivo.