Diario de Noticias

Psicóloga y coordinadora del equipo de la AECC, Marisa Villafranca ayuda a los pacientes de cáncer y sus familiares a afrontar con optimismo la enfermedad en el día a día.

¿Por qué es necesaria la atención psicológica en una persona que ha sido diagnosticada de cáncer?

El diagnóstico de cáncer supone un fuerte impacto emocional tanto para la persona a la que se le diagnóstica como para su familia. Esta enfermedad hace que todos los ámbitos de la persona sufran cambios significativos, a nivel físico, personal, social, laboral. Y esto repercute en que aparezcan diferentes reacciones como miedo, incertidumbre, tristeza, ansiedad, cambio en los roles familiares, entre otras cosas. Y aunque la mayoría de las personas somos capaces de ir afrontando las dificultades a través de nuestros propios recursos, existen momentos en los que necesitamos el apoyo de un profesional especializado.

¿Cómo se ayuda al paciente y a las familias a afrontar las situaciones críticas?

A lo largo del proceso de la enfermedad se pasa por diversas situaciones críticas como, por ejemplo, el diagnóstico, la recaída de la enfermedad o afrontar malas noticias. El objetivo del trabajo de un psicooncólogo es poner en marcha los recursos personales que en otros momentos le hayan funcionado y desarrollar nuevas herramientas tanto personales como interpersonales que faciliten la adaptación de los pacientes y también de sus familiares.

¿Y cómo actúa el profesional en las diferentes etapas de la enfermedad?

En todo momento debemos asegurarnos de que el paciente ha recibido una información completa de los posibles tratamientos y del objetivo de estos. El paciente debe contar con la máxima información.

En el momento del diagnóstico se suele producir un estado de shock, incluso en algunos casos podemos hablar de negación. Esto es un mecanismo de defensa que ayuda a la persona a afrontar estos primeros momentos y que, menos en aquellos casos que interfiere en la adherencia a los tratamientos, no debemos desmontar. También en este momento surgen miedos relacionados con el desconocimiento de lo que viene. Por ello, va a ser necesaria una intervención dirigida a aumentar la sensación de control y permitir exponer todas las preocupaciones que han surgido.

Durante el tratamiento, los efectos secundarios que surgen pueden hacer que se altere la calidad de vida, las relaciones familiares y es frecuente que aparezcan sentimientos de tristeza y ansiedad. La fase posterior a los tratamientos, denominada “supervivientes”, es un momento complejo.

Nos encontramos con muchos pacientes que presentan más dificultades emocionales. Debido a las dificultades que surgen al retomar su vida cotidiana, la vuelta al trabajo, a las rutinas domésticas y laborales, mientras van aceptando en algunos casos las secuelas que la enfermedad o los tratamientos les han dejado. Tendremos que trabajar para afrontar esta nueva etapa interviniendo en todos esos ámbitos. En la fase de cuidados paliativos, la labor del psicooncólogo se centra en conocer las necesidades que tienen el paciente y la familia para afrontar el final de la vida de la manera más serena.

¿Considera que las necesidades de atención psicooncológica están siendo adecuadamente contempladas en los planes nacionales de salud?

Actualmente el plan nacional de Oncología contempla la necesidad de atención psicológica para pacientes oncológicos y sus familiares. En Navarra, la AECC lleva desarrollando esta labor desde hace más de 25 años a través con un convenio con el departamento de Salud del Gobierno de Navarra.