Pamplona - El nuevo Plan de Salud Mental de Navarra, que tendrá aplicación desde este año hasta el 2023, apuesta por una mejora en la asistencia sanitaria dirigida a humanizar la atención, centrándola en la persona antes que en la enfermedad. Según indicó la directora gerente de Salud Mental, Begoña Flamarique, en la Comunidad Foral cada año atienden en consulta a unas 10.000 personas y realizan 1.000 ingresos en centros hospitalarios.

El documento, que será aprobado próximamente por el Gobierno foral, tiene como metas la mejora de la salud de la población, de los cuidados y de la experiencia del paciente. Así mismo, cuenta con medidas encaminadas a lograr una mayor eficiencia en la Red de Salud Mental y aumentar la implicación y satisfacción de los profesionales.

Según el consejero de Salud, Fernando Domínguez, estos objetivos “responden al compromiso estratégico de este Gobierno de proporcionar a la sociedad navarra una sanidad universal, accesible, equitativa y de calidad, dentro de un sistema público que ponga el centro de la atención la salud y el bienestar de las personas”.

Este texto da especial importancia a las acciones encaminadas a la prevención de la enfermedad mental, la intervención precoz, la mejora de los recursos sociales y sociosanitarios para personas con trastorno mental grave, el abordaje del suicidio, o el uso racional de la medicación psicofarmacológica. Tal y como explicó el consejero de Salud, “la misión de este nuevo Plan es decidir, planificar, ejecutar y evaluar las acciones más efectivas y los recursos más apropiados para la mejora de la salud mental de la población”, todo ello, indicó, desde un modelo comunitario e interdisciplinar que integre la promoción, la prevención, el tratamiento, la rehabilitación, la recuperación personal y la inserción óptima de las personas que sufren trastornos mentales.

El documento, presentado ayer en rueda de prensa, es la continuación del II Plan Estratégico de Salud Mental 2012-2016. Con él, indicaron desde Salud, se pretende avanzar en la consecución de los objetivos pendientes, los cuales, indicaron, son totalmente vigentes en la actualidad.

Para alcanzar las metas establecidas, el Plan se presenta articulado en cuatro ejes de actuación, entre ellos la potenciación del modelo comunitario, que establece medidas encaminadas a la introducción de nuevos programas de tipo asertivo-comunitario y la ampliación de la cartera de servicios de los centros de salud mental con al atención domiciliaria y rural. Otro de los ejes, la detección e intervención precoz, toma como ejemplo el programa de intervención en primeros episodios de psicosis y busca la recuperación personal y la evaluación de los resultados, entre otros aspectos. El apartado de la disminución de la variabilidad clínica, por su parte, incorpora la evaluación clínica estandarizada para elaborar un plan de tratamiento individualizado y consensuado. Por último, se trabajará por una atención centrada en la persona, promocionando la participación de los usuarios en el proceso asistencial. Estos ejes aparecen concretados en 12 líneas de acción y 40 objetivos concretos.

Entre las medidas concretas destinadas a mejorar al eficiencia de al red de salud mental, Flamarique aseguró que se trabajará por reducir la contención mecánica, con tendencia a su nula utilización, dándose respuesta a una de las principales reivindicaciones de los pacientes. En lo referente al apoyo a los profesionales, indicó, se trabajará en potenciar la formación continuada, en mejorar el clima laboral y en adecuar la Unidad Docente Multiprofesional a las nuevas necesidades.

El Plan puesta también por un modelo de atención comunitario que incluye la recuperación del paciente como meta, con equipos multidisciplinares que aborden de manera integral la continuidad de cuidados, incorporando a la persona usuaria en la toma de decisiones, favoreciendo su autonomía y con el compromiso profesional de utilización de la mejor evidencia científica disponible y el uso eficiente de los recursos.

Además, propone incorporar un modelo de atención de hospitalización más flexible, adaptado a las necesidades de las personas usuarias, lo que hace necesaria la dotación de una nueva infraestructura que contribuya y favorezca una atención más humana e individualizada. En este sentido, amplió el consejero, se contempla la construcción de una nueva unidad de hospitalización en el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), siendo esta la mayor inversión dentro del Plan, con un coste previsto de aproximadamente once millones de euros.

Necesidades de financiación La directora gerente de Salud Mental estimó que será preciso un incremento en la dotación presupuestaria en torno a los 24 millones de euros para los 5 años de vigencia (391.368 euros en 2019, 2.186.751 euros en 2020, 10.150.751 euros en 2021, 7.528.851 euros en 2022 y 4.050.411 euros en 2023).

Esta financiación adicional, explicó Flamarique, viene dada por la necesidad de redimensionar la plantilla de profesionales, la necesidad de introducir nuevos servicios sanitarios y la carencia de recursos sociosanitarios para cubrir las necesidades de personas con trastorno mental grave, que implican también a otras áreas del Gobierno. Domínguez, consideró en este sentido queque “las políticas de salud mental no deben de ocuparse únicamente de los trastornos mentales, sino reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan la salud mental”. Por eso, indicó, resulta esencial la participación interdepartamental, con aspectos que afectan a otros sectores como en el de la educación, el trabajo, la justicia, el transporte o la vivienda.

Dentro de la previsión del departamento, apuntó Flamarique, entra también una ampliación del persona de en torno a 35 personas para poder hacer frente a los objetivos marcados. La mayoría son profesionales de Psicología Clínica (14), seguido de Psiquiatría (6), Enfermería (6), Terapia Ocupacional (3), Trabajo Social (3), Administración (1) y Coordinación (1). Por áreas, en la gerencia de Salud Mental se estima la ampliación de la plantilla en 26 personas, de cinco en Tudela y de dos en Estella.

Seguimiento y evaluación Como novedad, Flamarique hizo referencia a la inclusión de 21 indicadores de resultados que permitirán realizar el seguimiento y cumplimiento de más de la mitad de los objetivos. Estos indicadores ya se han utilizado para medir y conocer con exactitud la situación de partida, estableciéndose así la meta a alcanzar en el 2023.

Potenciación del modelo comunitario. El departamento de Salud apuesta por

consolidar este modelo, mediante la reflexión sobre la incorporación de nuevos programas de tipo asertivo comunitario o la ampliación de la cartera de servicios de los centros de salud mental con la atención domiciliaria y rural.

Detección e intervención precoz. El modelo de referencia es el Programa de Primeros Episodios. Algunos de sus principios son la accesibilidad, abordaje integral e integrado por objetivos, recuperación personal y evaluación de resultados.

Disminución de la variabilidad en la práctica clínica. Salud plantea incorporar la evaluación clínica estandarizada para elaborar un plan de tratamiento individualizado consensuado.

Atención centrada en la persona. El departamento de Salud plantea en este III Plan de Salud Mental 2019-2023 una atención centrada en la persona y en su recuperación personal. Asimismo prevé promover la participación de personas usuarias en el proceso asistencial.