Pamplona - El Centro Integrado Politécnico ETI de Tudela es y ha sido clave en el desarrollo de la Ribera de Navarra. Por su oferta académica y por la red de colaboración empresarial que sustenta y ha creado en la zona.

Así, dispone de oferta formativa distribuida en once familias profesionales o especialidades y cualifica a su alumnado con niveles de FP Básica (nivel 1), Técnicos de Grado Medio (nivel 2) y Técnicos Superiores (nivel 3). De estos últimos, nivel 3, la inserción laboral es superior al 85% y un 60% en el nivel 2, que ha descendido porque en los últimos dos cursos los alumnos de Grado Medio deciden, en su mayoría, continuar estudiando un Grado Superior. En esta línea de formación, el CIP ETI dispone actualmente de convenios de colaboración con 677 empresas. De ellas, el 87% (un total de 582) se encuentran en un área de 33 km de radio, que sería lo que abarcan las riberas de los ríos Ebro, Queiles y Alhama. La mayoría se ubican en Navarra, pero hasta 51 empresas están en otra comunidad. Fuera de ese entorno quedan 36 en Pamplona, 11 en Peralta, 10 en Zaragoza, 5 en Logroño y otras en otros municipios más alejados de Tudela. En cuanto a la procedencia del alumnado, en los últimos cinco cursos (2014-19) el 58% es navarro (614 alumnos).

de ‘la eti’ al cip eti Desde 1953, han sido 66 años de historia en graduaciones superiores y pasado más de 26.000 estudiantes en total. Las obras comezaron en el año 1951, en el solar de la plaza de San Juan, terminándose en el año 1953. Los gastos corrieron a cargo de la Diputación y comenzaron las clases en octubre de 1953 con 17 alumnos.

En 1960 se concedió a la ETI ser Centro de Formación Profesional para el Grado de Aprendizaje en las siguientes ramas: Metal, especialidad ajuste, matricería, torno, forja y chapistería; Electricidad, especialidad instalaciones, motores, bobinados y radiotécnico; Madera, especialidad carpintería. El curso 1962-63 se graduó la primera promoción de 19 Maestros Industriales en las especialidades de Mecánica, Electricidad y Electrónica.

Seis años después, en el curso 1966-67 nació la conocida como ETI femenina, en la especialidad de Delineantes, donde las mujeres comenzaron a estudiar Formación Profesional en la especialidad de Dibujo Técnico. Después llegó la ETI de Corella (en 1979) y la ETI nueva (en 1983).

Casi veinte años más tarde, en 2003, sumó casi 2.000 alumnos con ESO, Bachillerato y Formación Profesional. Por ello, el curso siguiente, el departamento de Educación del Gobierno de Navarra decidió la separación del centro en dos Institutos, ETI 1 y ETI 2.

En el curso 2001-02 comenzaron los primeros contactos internacionales con centros franceses, programas europeos de movilidad de alumnado Leonardo da Vinci, Futuros profesionales con AER, La Célula de Fabricación Flexible, Empresa Simulada... Y en 2002-03, se reconoció al centro en Sistemas de Gestión de Calidad en ISO 9001 y modelo de excelencia EFQM. En 2006, como proyecto piloto, se pasó de IES de FP a Centro Integrado Politécnico, ampliando las posibilidades de Formación Continua, Internacionalización e Innovación.

Hace diez años, en 2009, el CIP participó en un proyecto Internacional de Innovación con 7 países y más de 300.000 € de presupuesto. Poco después, en diciembre de 2010, se le concedió el Premio Navarro por su trayectoria. En el curso 2012-13 inició estudios en modalidad on line de Sistemas Microinformáticos y Redes y en 2013 se sumó a la Carta Erasmus+ For Higuer Education 2014-2020. Desde el curso 2016-17, el CIP amplió la oferta en Higiene Bucodental y Acondicionamiento Físico, y se sumó al aprendizaje colaborativo basado en Proyectos (del plan KIMUA). - P.S.S.

Referente que mira hacia delante

Mejorar la formación vinculada con la empleabilidad. El centro ribero, referente en la FP navarra, plantea propuestas de trabajo para estos estudios. Algunas de ellas son: una mayor y más aproximada información sobre qué es la FP (a estudiantes, familias y profesionales docentes); la promoción de la FP como una puerta de entrada al mundo laboral, dándole el prestigio e importancia que se merece; potenciar el aprendizaje colaborativo basado en proyectos; una mejora de la cantidad y calidad de la comunicación entre empresas y centros formativos, y publicitar en la sociedad la FP como opción positiva, como ocurre y es percibida en otros países.