pamplona - La doble agresión sexual con presunto uso de burundanga fue denunciada a finales de 2016 por dos jóvenes de Pamplona que afirmaban que, tras encontrarse de fiesta en un bar de San Nicolás, no recordaban lo sucedido a partir de las 2.00 horas, perdiendo conciencia de lo que ocurría cuando estaban hablando con el policía foral, hasta despertarse al mediodía en el piso de unos desconocidos. Allí estaban los dos investigados y las dos jóvenes, parcialmente desnudas, una de ellas en el sofá y otra en una habitación. Además de la amnesia, una presentaba un moratón en el cuello y la otra fue a los días a Urgencias por dolores en su zona genital. Ahí se activó la alerta y la denuncia.

El 27 de diciembre de 2016 se arrestó a los dos denunciados y se les incautaron los móviles. Ya entonces, los investigadores resaltaron el extraño comportamiento de los encausados (“parecía como si nos estuvieran esperando”, señalaron), y porque ofrecieron sus terminales en todo momento. Sin embargo, no fue hasta abril de 2018 cuando se envió el primer informe al juzgado sobre el contenido de los teléfonos.

Ese trabajo lo efectuó la brigada de Pamplona que investigaba la violación y contenía un informe de marzo de 2017 de la extracción hecha en Madrid del teléfono de un investigado y la efectuada en Pamplona en marzo de 2018 del móvil del detenido que es cuñado del policía nacional (nunca se supo si la carpeta de este móvil llegó vacía de Madrid o se borró aquí). Además, cuando la Policía presentó los informes de los dos teléfonos en el Juzgado, no se podían abrir los archivos multimedia. Así, tras solucionar el problema, el informe de uno de ellos se redujo de 31.000 páginas a 891 sin justificación. Aunque la Policía Nacional de Madrid asegura que de todas sus extracciones guarda un informe en papel, en este caso el del teléfono del cuñado del policía nacional ha desaparecido, sin explicación. - E.C.