pamplona - La doble agresión sexual presuntamente favorecida por el uso de algún tipo de sustancia de sumisión química o burundanga denunciada por dos jóvenes de Pamplona en los puentes forales de 2016 y que la juez de Instrucción 1 de Pamplona, Inés Hualde Juvera, se quitó de encima de la mesa de su despacho denegando el procesamiento de los dos investigados va a seguir ahora, sin duda, adelante. La propia magistrada, que señaló en su día que creía perfectamente a las denunciantes y que a partir de una determinada hora del día de los hechos su comportamiento era el propio de personas bajo la influencia de sustancias “tipo burundanga”, fue obligada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra a practicar más diligencias en la causa como la toma de declaración de un tercer investigado. Este es un policía foral, amigo de los detenidos, que estaba presente en el bar en el que conocieron a las dos jóvenes y donde éstas dicen que ya no recuerdan nada de lo que ocurrió esa noche hasta despertarse en una casa totalmente ajena, con los dos imputados que les eran desconocidos, parcialmente desnudas y con dolores en sus zonas íntimas.

UN AUTO CONTUNDENTE Ahora, dicha instructora ha dictado un contundente auto desdiciéndose de lo dicho en resoluciones anteriores. Entre otras cosas, la magistrada ha acordado que se practique una nueva pericial de los teléfonos de los investigados y un nuevo volcado de la información que contenían dichos móviles, habida cuenta de las contradicciones y vacíos que ofrecían los informes anteriores.

La instructora llega a poner de manifiesto que durante la custodia policial de los móviles de los investigados “se han podido eliminar pruebas desde el momento en el que los móviles se encontraban en Madrid y posteriormente en Pamplona, debiéndose esclarecer estos hechos por si constituyen un delito de infidelidad en la custodia de los documentos”. De esta forma, la jueza señala directamente a la Policía Nacional -tanto en el volcado efectuado en Madrid como a las actuaciones que se llevaron a cabo en Pamplona- como responsable de la posible desaparición de valiosa información de dichos teléfonos o de que incluso se hubieran podido eliminar datos, imágenes o conversaciones de los mismos.

LA GUARDIA CIVIL HACE LA PERICIAL De hecho, ahora encomienda la nueva pericial al departamento de Ingeniería del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil y ello para “evitar la más mínima sombra de duda teniendo en cuenta que uno de los investigados en la causa es miembro de la Policía Foral”. Y habida cuenta también que la Policía Nacional efectuó una extracción irregular de los datos de los teléfonos de los investigados, lo que plantea varios problemas.

En primer lugar, que “las decisiones adoptadas en el curso de esta causa se han podido ver afectadas por la falta de un informe pericial bien hecho. Y porque se desconoce si el informe del terminal de uno de los investigados y que se realizó en 2018 en Pamplona coincidiría o no con el elaborado en Madrid en 2017”, dice la jueza. Además, la instructora observa otro problema relativo a las dudas existentes “sobre si la falta del informe pericial de 2017 pudiera constituir un delito de infidelidad ya que el informe que falta en la unidad de Madrid es sólo el relativo a uno de los investigados y el informe que se desconoce si llegó o no a Pamplona afecta únicamente al del mismo investigado”.

REVELACIÓN DE SECRETOS Y aquí destaca la magistrada un punto crucial para la investigación, como es el hecho de que esta persona de la que no constan dichos informes de su teléfono “todos sabemos a estas alturas que es cuñado de un policía nacional apartado del caso e investigado por posible revelación de secretos”. Sobre este agente de la Policía Nacional, que pertenecía a la UFAM (Unidad de Familia y Mujer), la misma brigada que investigaba los hechos y que iba a arrestar a su propio cuñado (relación familiar de la que no informó a sus superiores y que hubiera sido imposible de detectar de no ser porque el después detenido tenía en su móvil una foto de la hija de su cuñado policía), la magistrada archivó la causa que se siguió contra él por un presunto chivatazo que hubiera servido de alerta a su cuñado y al otro investigado para que limpiaran sus móviles y se deshicieran de pruebas (la policía comprobó que este agente estaba consultando en las bases de datos policiales si existía alguna denuncia contra su cuñado desde días antes de que las dos jóvenes denunciaran los hechos).

afecta a dos causas judiciales Por ello, ahora cuando la magistrada observa las irregularidades en las pruebas periciales de los teléfonos, concluye que el hecho de que se haga una nueva prueba “tiene trascendencia no sólo para la presente causa sino también para el procedimiento en el que se investigó exclusivamente al agente de la Policía Nacional por poder haber preavisado a los investigados de las pesquisas policiales”. El archivo de esa presunta revelación de secretos está recurrido en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, que se espera que resuelva en breve al respecto y a la que ahora la instructora informa de las decisiones adoptadas por ella misma y de la nueva información recibida en la causa principal para que puedan incorporarlo a su razonamiento. La jueza ha enviado a reparto esta nueva causa -bien por la infidelidad en la custodia de documentos o bien por un presunto delito de falsedad documental- y la titular del juzgado de Instrucción 5 de Pamplona ya ha solicitado las primeras diligencias.

Chat común. En los whatsaps cruzados el día de los hechos, el tercer amigo de los investigados, un policía foral que declarará en el juzgado, les preguntó en el chat que compartían los tres cómo había terminado la noche. Uno de ellos le contestó que “ya conocía la casa” de su amigo. El resto es PPV. El otro añadió después: “Les hemos cagado encima, no te digo más”. El 21 de diciembre, uno de ellos envió otro mensaje: “Ah, R..., que te quieres poner en forma para pegarle a la tía esa si vuelves a verla, no... La última vez que te quedaste con las ganas y le diste por el culo y ahora quieres reventarla a puñetazos, ¿no? Te quieres poner en forma, para matarla”.