pamplona - El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ha elaborado un informe a requerimiento del Juzgado de Instrucción 1 de Pamplona para responder a distintas consultas acerca de sustancias psicoactivas que pueden ser utilizadas con fines delictivos, como se sospecha que pudo ocurrir en la doble violación denunciada en Pamplona en 2016. Dicho informe solo ha sido confeccionado a raíz de que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial estimara un recurso del abogado de las víctimas, una vez que la juez había rechazado de inicio la confección de este informe.

Las conclusiones del dictamen incorporado al sumario judicial en el que se investiga la doble violación vienen a coincidir con los síntomas que experimentaron las dos jóvenes denunciantes durante la noche de los hechos. Así, los especialistas de-tallan que los efectos buscados por los delincuentes con la administración de dichas sustancias son “amnesia anterógrada o incapacidad de recordar hechos nuevos. En el caso de la sumisión química se produce el síndrome de amnesia-automatismo, con problemas de comportamiento, estado confusional, actitud de consentimiento y conducta automática seguida de amnesia anterógrada total o cuasi total”. Además, describen entre los efectos otros como “sedación, que perturba la capacidad de vigilia, atención y respuesta ante una agresión”, “efectos alucinógenos con desorientación témporo-espacial de la víctima y la desinhibición, por la que la víctima puede llegar a aceptar situaciones que en condiciones normales hubiera considerado inaceptables”. Tales efectos serían potencialmente susceptibles de “poder influir y/o condicionar la vulnerabilidad de la persona afectada, y de permitir el control sobre la misma”.

Una de las sustancias aludidas en el informe de los especialistas es la escopolamina, que “se asocia o identifica con el vocablo afrocubano burundanga, que es equiparable a un bebedizo/brebaje, y se asocia en general con una sustancia que produce diversos efectos depresores del sistema nervioso central. La escopolamina bromhidrato se absorbe rápidamente vía oral, cutánea (requiere un contacto prolongado como el que se obtendría usando parches), inhalatoria o parenteral (tras la inyección intramuscular o subcutánea). El inicio de la sintomatología comienza a los 30-60 minutos de la exposición, son máximos en 120 minutos y con una duración de los efectos agudos de 24-48 horas. Tiene eliminación renal y la mayoría de la sustancia se elimina antes de 12 horas. La escopolamina absorbida puede ocasionar un estado de pasividad completa de la persona con actitud de automatismo, recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad y presenta amnesia anterógrada”. Como conclusión del informe, “un resultado negativo no implica necesariamente que no se haya administrado ninguna sustancia química, sino que puede haber desaparecido del organismo por el tiempo transcurrido”. - E.C.