pamplona - Manuela Sánchez Echenique es pediatra de la sección de Apoyo a la Gestión Clínica y Continuidad Asistencial de Osasunbidea y la responsable del estudio sobre la nutrición infantil en Navarra. Sánchez Echenique alerta sobre el cambio experimentado en el modo de vida y en la industria alimentaria, así como de los riesgos que puede acarrear el exceso de peso en la infancia, que no se quedan en problemas físicos sino que también tiene consecuencias en el ámbito social y emocional.

¿Cuáles son las principales causas del exceso de peso en los niños?

-En las últimas décadas se han producido grandes cambios sociológicos y tecnológicos que han modificado nuestra manera de vivir y los niños han recibido de pleno el impacto de estos cambios. La transformación de costumbres acaecida en la alimentación ha sido muy rápida, alentada por una potente industria alimentaria que en muchas ocasiones ha causado confusión y mensajes contradictorios.

¿Cómo es la industria alimentaria actual?

-Hay sobreabundancia de alimentos procesados, mucho más fáciles de cocinar, con periodos de conservación más elevados y precios cada vez más asequibles ha llevado a muchas familias a decantarse por ellos. Además, la comida procesada está diseñada para ser gustativamente más apetecible, con cantidades añadidas de grasas, sal y azúcar, lo que induce a nuestro cerebro a comerla con más frecuencia. Todos estos condicionantes, ayudados por una vida más sedentaria, hacen que el balance entre ingesta calórica y gasto energético se haya visto seriamente trastornado, acarreando un incremento de la incidencia de obesidad en los últimos años, afectando en mayor medida a las clases sociales económicamente más desfavorecidas.

En cualquier caso, la tasa de exceso de peso está descendiendo, ¿a qué se debe esta mejoría?

-No hay una única causa. Desde la situación de partida de 2007, se han efectuado diversas actividades preventivas como promover hábitos saludables, comenzando por la promoción de la lactancia materna que ha mejorado sus tasas 15 puntos y la correcta alimentación de continuación complementaria; la incorporación de gráficas OMS en la historia informática, que permiten detectar precozmente los desvíos; la devolución a los profesionales de los datos de su zona como ayuda al diseño de acciones a seguir; o la colaboración con colegios y entidades para organizar acciones que promuevan una alimentación saludable y el deporte.

En este sentido, ¿hay conciencia en las familias y en el ámbito educativo sobre esta problemática?

-Ha habido un gran cambio en los últimos años y cada vez hay más familias que valoran el conjunto de la alimentación en cantidad y variedad. También los centros han adecuado sus menús escolares y ofertas de actividades con ejercicio activo. Sin embargo, todavía queda margen de mejora, ya que venimos de una sociedad donde muchas celebraciones se hacen alrededor de una mesa donde se ofertan múltiples opciones sin limitación de cantidad. En este contexto, a veces se ‘normaliza’ lo que en realidad es un sobrepeso.

Además de los problemas físicos que acarrea ¿qué otros riesgos puede entrañar el exceso de peso?

-Complicaciones sociales y emocionales. La principal es la baja autoestima y ser objeto de intimidaciones. Los niños muchas veces se burlan de sus compañeros con sobrepeso o los hostigan y, como resultado, estos sufren una pérdida de la autoestima y tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, por sensaciones de desesperanza. Asimismo, se pueden dar problemas de comportamiento y aprendizaje y los niños con sobrepeso tienden a tener más ansiedad y menos habilidades sociales que los niños de peso normal.