PAMPLONA - 119 estudiantes de Formación Profesional (FP), 48 de ellos de Grado medio y 71 de Grado Superior, recibieron ayer sus diplomas Erasmus+ en el salón de actos del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, después de haber viajado durante el curso 2018-2019 a otro país de Europa para formarse. Los y las estudiantes pudieron realizar prácticas en Finlandia, Reino Unido, Polonia, Alemania, Holanda, Italia, Portugal, Francia, Malta o Irlanda. Por su parte, 50 docentes se han sumado este año al programa, gracias al que han tenido la oportunidad de salir a completar su formación a Finlandia, Dinamarca, Holanda o Alemania.

Entre el alumnado, 76 estudiantes realizaron el módulo en de Formación en Centros de Trabajo, mientras que las y los 43 de último curso restantes llevaron a cabo una estancia complementaria al término de sus estudios de FP.

Por otro lado, medio centenar de profesoras y profesores se marcharon al extranjero para aprender sobre temáticas variadas como la innovación, la formación dual (aprendizaje que intercambia la educación teórica y en el aula con la formación práctica en la empresa) o el aprendizaje basado en proyectos.

Gracias a estas estancias temporales, según indicó ayer Roberto Pérez Elorza, director general de Educación, “el alumnado ha incrementado sus conocimientos técnicos e idiomáticos y, sobre todo, ha potenciado sus posibilidades de inserción laboral”.

Cabe señalar que se trata de la primera aventura fuera de casa de la mayoría de los jóvenes que ayer recibieron su diploma, por lo que Pérez destacó que la estancia les “abrirá muchas puertas que de otra forma hubieran permanecido cerradas”. En este sentido, aseguró que le consta que “hay quien va a volver a las empresas” donde han estado trabajando, así como gente que “ha decidido seguir estudiando o buscar trabajo en Navarra”, apuntó.

los erasmus lo recomiendan En cualquiera de los casos, la experiencia vivida ya tiene un valor de por sí, tal y como saben Estefanía García, Irene Lara, Clara Jiménez, Naiara Gallego y Maite Gorricho, que cursaron su particular programa Erasmus+ en Malta. Las tres primeras permanecieron en la isla durante un trimestre, del 31 de marzo al 30 de junio; mientras que las dos últimas hicieron lo propio durante dos meses, del 27 de abril al 30 de junio, porque las prácticas que realizan durante todo el año en su formación dual no les permitía marcharse durante un mayor periodo.

Las cinco estudiantes fueron a la misma residencia, pero cada una desarrolló habilidades relacionadas con su módulo en una empresa distinta. Clara Jiménez, por ejemplo, estuvo en una empresa cinematográfica maltesa “preparando la celebración de un festival que duró once días”, explicó.

Unai Zabalza Villamayor, estudiante de Higiene Bucodental, estuvo en una clínica de Turín asistiendo al personal de dentistas, aunque bromea con que su función a menudo era la de “fregar”. Sin embargo, admite que le gustó la posibilidad de tener un año más libre para “poder viajar” durante el Erasmus, en el que convivió con otros 12 compañeros que ayer también recogieron su diploma.

Alfonso Vergara Valdés, por su parte, estudiante del Grado Superior de Administración y Finanzas, se marchó a Dublín por tres meses para trabajar en un concesionario de coches. Recomienda la experiencia, porque opina que , además de “quedar muy bonito en su currículum”, se llevó “un montón de amigos” y “una valiosa experiencia” para su “formación”.