tafalla - Javier Górriz tiene un local en un bajo de la calle Martínez de Espronceda, a media altura de la vía en la zona cero de la catástrofe natural que generó el temporal en Tafalla. El agua entró por la puerta acristalada, colándose por el espacio hasta alcanzar el metro y medio de altura de la bajera. En el interior atesora una colección de objetos taurinos que, pese a la fuerza de la corriente, ha conseguido salvarse y no sufrir grandes daños.

El local tampoco salió mal parado, lo más grave que ha quedado de la fuerte inundación es la marca en la pared y el requebrajarse de la pintura que cae por la cantidad de agua que soportó sobre sí. “He conseguido guardar una radio antigua que era de mis padres, eso es uno de los objetos que más miedo me daba perder y acabo de descubrir que la hemos podido recuperar”, sonríe.

“Hemos conseguido salvar algunas cosas, están mucho peor algunos comercios de la calle”, confesó satisfecho. Tan sólo hay algo que lamenta y es que todavía no ha conseguido que le llegue la electricidad.

“La corriente sí que llega hasta el local pero la humedad que se ha quedado es tan fuerte que la electricidad la rechaza y no tenemos luz”, explicó.