pamplona - Las lluvias torrenciales que se descargaron hace una semana en Tafalla y La Valdorba dañaron gravemente algunas zonas de especial relevancia como la carretera N-121 que comunica Pamplona con Tudela a la altura de Pueyo perjudicando así a muchos vecinos que transitan la zona: “Vivo en Garínoain y para ir hasta Noáin y luego hasta el sur de Tafalla, me tengo que levantar a las 3 de la mañana. A la vuelta me pasa lo mismo. Estoy haciendo un montón de kilómetros todos los días. Ya me he gastado el depósito que rellené el sábado entre el lunes y el martes”, explicó Rosi Galarreta.

Ayer, a las 19.00 horas, se realizaba la reapertura de la carretera facilitando el tráfico en ambos sentidos. La labor desempeñada por el Centro de Conservación de Tafalla, adscrito al Servicio de Conservación, junto con la empresa Erri Berri, empresa adjudicataria de la conservación integral de la vía, ha sido esencial para poder reabrir, únicamente una semana después de las inundaciones, el kilómetro 30 de la N-121 (el punto más dañado por el temporal del día 8 de julio).

Algunas de las explotaciones agrarias que se vieron perjudicadas por las graves inundaciones recibirán el servicio de limpieza, desescombro, eliminación de grava y otros materiales según estipuló la misma mañana el Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local.

También se llevarán a cabo otras medidas como la reposición de tierra por pérdida de la capa arable.

A la reapertura acudieron el director del Servicio de Conservación de Carreteras de la Dirección General de Obras Públicas, Juan Serrano, y el vicepresidente de Desarrollo Económico, Manu Ayerdi: “La N-121 es un eje principal porque comunica los pueblos. Había que solucionar esta situación cuanto antes ya que, debido a la gravedad de las inundaciones, se produjo un destroce total. Gracias a la apertura de la vía, cualquier tipo de vehículo ya puede circular. Sí que es verdad que las pinturas aún son amarillas. Cuando se solucione del todo, las pintaremos de blanco. Otro punto problemático ha sido el puente que daba acceso al pueblo de Sansoáin. Nuestro objetivo principal la semana que viene será establecer un puente provisional para que los habitantes de Sansoáin tengan la posibilidad de poder salir sin tener que hacer un recorrido mayor como el de ahora, es decir, del pueblo se tienen que dirigir a una pista donde hay varios molinos de viento que les conduce a Olleta. De ahí, ya van a Tafalla”, apuntó.

Asimismo, se siguen realizando las obras de reparación de otras carreteras afectadas, incluyendo el acceso al Valle de Leoz, por el que ya se puede circular a través de un carril provisional habilitado desde el pasado viernes día 12 de julio.

EL MAÑO En el mismo lugar del tramo afectado, se encuentra situado el Restaurante El Maño que también sufrió en primera persona las inundaciones.

En el momento del aluvión, se encontraban dentro algunos clientes, los dueños del mismo y una de las hijas de los propietarios: “Mi familia y los clientes que estaban allí, tuvieron que subir a la terraza y evacuarlos desde ahí. La situación ahora es más o menos estable en cuanto a la carretera pero el problema viene de atrás. El río de Sansoáin está hecho un asco porque no lo limpian y al final, ha pasado esto. Se creó una balsa que hizo que se produjera un tapón desencadenando esta situación. ¿Quién nos asegura que no se vuelva a producir lo de la semana pasada? Ahora estamos hablando con la Confederación Hidrográfica del Ebro para ver si pueden hacer algo. En su día, no nos hicieron caso y ahora ha tenido que pasar esta desgracia para que la gente se de cuenta”, explicó Naira Rabal, hija de los dueños de El Maño.