tafalla - “Los vecinos estaban muy emocionados porque veían una respuesta muy fuerte por parte de todo el pueblo”, explica Amaia Criado, una de las jóvenes voluntarias que participó en la ola de solidaridad. Para ella, la idea de auzolan se construyó sin previo aviso, sin la necesidad de una organización que iniciara los trabajos o indicara a dónde había que ir. “No eran solo los afectados los que tenían que arreglar su establecimiento, su casa o su garaje, si no que éramos todos ayudando porque no queríamos que ellos estuvieran limpiando solos ”, enfatiza. Relata que la forma en la que se organizaron las cuadrillas fue espontánea, sin ningún tipo de orden.
“La gente salía de su casa con lo que tenía a mano, con una escoba, un cubo, una pala o lo que fuera e iba a la calle a ofrecer su ayuda”, reconoce. Aunque confiesa que la vorágine del trabajo le distanciaba durante el día de lo que había pasado en Tafalla. “Cuando llegaba a casa por la noche era cuando me daba cuenta de la dimensión de todo porque por las mañanas y las tardes no lo pensaba, tan solo ayudaba a limpiar y trabajar”, añade. Pero es positiva y se sabe conocedora de la fuerza de su pueblo. “La colaboración entre todos y la ayuda que se está recibiendo de fuera de la comarca creo que ha hecho que esto se anime un poco; se va a salir adelante”, recalca. - E. Pujol