pamplona - Día 8 de agosto y en las aceras y carreteras no hay ni rastro de lo que pasó en Tafalla hace justo un mes. No obstante, la catástrofe vivida está en el ambiente: un permanente olor a humedad, un ejército de moscas y un Cidacos que parece un riachuelo si se compara con el mar de barro que ha dejado en su caudal, hoy reconvertido en dos orillas, una auténtica escombrera.

Algunos de los paseantes, como si de una obra se tratara, aún comentan el panorama desde arriba. Quizá, como explican los vecinos Pedro Sánchez, José Antonio Lizarbe y Julián Sádaba desde el paseo de las Ruedas, el cambio que las grúas han provocado al otro lado del río tenga bastante de obra: “Antes de la riada, no se veían los merenderos del paseo Ereta (frente a ellos), ahora sí porque por fin han retirado toda la maleza que sobraba desde hacía años; el río estaba muy descuidado y su crecida pudo ser menor si hubiera estado como ahora”, creen.

Al margen de opiniones que van desde la de estos tres tafalleses hasta la de las personas que piensan que la vegetación paró, en cierta medida, la fuerza de la riada, los puntos comunes del pueblo entero están claros: En primer lugar, que “el 8 de julio daban ganas de llorar”, expresaron Sánchez, Lizarbe y Sádaba; y en segundo lugar, que “la juventud ha estado de 10. Ha habido chavales que, en lugar de ir a San Fermín, vinieron a limpiar”, elogiaron. “Mis hijas estuvieron ayudando”, sacó pecho Sánchez.

No obstante, saben bien que contener el llanto hace un mes fue más fácil para ellos, que viven a más altura sobre el nivel del río. El origen de sus lamentos no era más que el mismo que movió al auzolan en los días posteriores: la solidaridad. A sus espaldas mientras comentaban la situación, sin embargo, se encuentra el asador Brasas, cuyo dueño vivió en carne propia lo ocurrido.

De hecho, podría decirse que sigue viviéndolo. Una de las mesas de la parte de su bar con entrada en la avenida de Sangüesa se ha convertido en un pequeño estudio con decenas de papeles para tratar de valorar los daños y reclamar al seguro, tarea nada sencilla. “Llevamos 22 años aquí y es imposible acceder al precio original de todo; hay cosas que ya no se fabrican”, explica el dueño del negocio.

Bajando las escaleras de la entrada se encuentra uno de los dos comedores, con una entrada trasera que da al río y que su fuerza se llevó por delante, dejando su firma a modo de una línea a 2,25 metros de altura y arrasando con todo lo que encontró a su paso. “No es que el río entrara, es que nosotros estábamos dentro del cauce”, concluyó el damnificado. Su problema ha sido doble, ya que vivía en un loft anexo a su negocio que ha tenido que abandonar, sin saber cuándo podrá volver.

VALORACIÓN DE DAÑOS Mientras tanto, solo le queda seguir haciendo cálculos para informar de los perjuicios materiales al perito que envíe el Consorcio de Compensación de Seguros. Esta misma es la situación en la que se encuentran la mayoría de comercios tafalleses. Sin ir más lejos, en la misma avenida, Luis Valero, dueño de electricidades Valero, está a la espera de la respuesta del Consorcio. “El agua entró 50 centímetros, inutilizando el material que estaba por debajo, salió al abrir la puerta o hubo que tirarlo por la cantidad de barro que tenía. El comercio tiene otra tienda “totalmente destrozada”, Iluminaciones Valero, en la calle Martínez Espronceda, la más afectada el pasado 8 de julio. “Tenemos para tiempo”, augura.

Junto a este último comercio se encuentra la ferretería Urvaca Suministros Industriales. Allí, el agua entró hasta una altura de 1,70 metros, por lo que tuvieron que estar una semana entera limpiando mientras ofrecían suministros mínimos a algunos de los grandes compradores, recordó el encargado Iván Moral, que llevaba 13 años en el negocio y nunca había visto “nada parecido”. Actualmente la empresa todavía está saliendo a flote, con “una humedad que estropea el material” y algo menos de “un 40% de rendimiento”, afirma Moral mientras uno de sus compañeros seca tornillos.

Después de las labores de limpieza, algunos de los comercios han tenido que replantear la disposición de elementos de su interior, “por si acaso”, previene Raquel Zabalza, dueña de la peluquería que tiene como nombre su apellido y que comparte con su hermana Uxue. Han subido a una altura mayor los enchufes o los aparatos de aire acondicionado después de la riada. Ahora, “los albañiles, fontaneros y electricistas trabajan” para que puedan “abrir cuanto antes”, espera. Mientras tanto, se consuela con el crédito sin intereses que agradece al banco y con, cómo no, “la ayuda de personas desde doce hasta setenta años”.

La peluquería Zabalza está situada en la plaza de Cortes, donde Raquel recuerda que tantas veces “ha bajado el agua desde lo alto de Tafalla, pero nunca ha llegado directamente del río”, matiza. Ahora, cuando cae un chaparrón, la sensación le recuerda a “cuando un toro saltó a la grada” en la plaza de la localidad en 2010 y, al año siguiente, “cuando una vaca saltaba el burladero, todo el mundo se asustaba aunque eso hubiera pasado cientos de veces”. Por suerte, la vaca nunca llegó a la grada; y a la Zona Media siempre le quedará el auzolan.

Distintas instituciones. Los pagos económicos de distintos organismos destinados a paliar los daños que causaron las inundaciones del pasado 8 de julio en la Zona Media de Navarra tienen distinta procedencia: Gobierno de Navarra; Gobierno central, a través del Consorcio de Compensación de Seguros; y las pólizas de seguro privadas.

Subvención total. Con la suma de la compensación agraria, el saneamiento, los 655 vehículos, las reformas en viviendas, en industria, comercios e infraestructuras, la ayuda del Gobierno de Navarra asciende a nueve millones de euros.

5,1

El Ejecutivo foral ha cifrado en esa cantidad de millones de euros los daños causados en el sector de la agricultura.

Otros gastos. Seis ayuntamientos y la mancomunidad de Mairaga han solicitado la calificación de emergencia para 19 actuaciones por importe de 1,5 millones de euros.

1.873

Han sido las solicitudes realizadas al Consorcio de Compensación de Seguros hasta el momento, que ha tramitado 504 con un desembolso de 2,5 millones de euros, aunque podría ascender hasta 15 cuando se valoren todos los daños.

Por municipios

Tafalla1.126

Olite343

Pitillas138

Beire62

Pueyo54

San Adrián45

Leotz11

Orísoain7

Por sectores. De todas las solicitudes que ha recibido hasta el momento el Consorcio de Compensación de Seguros, 931 corresponden a viviendas y comunidades de propietarios; 655 a automóviles; 251 a comercios, oficinas e inmuebles no industriales; 29 a industrias; y 7 a obras civiles.

calle martínez de espronceda. Al ver la imagen de arriba podría pensarse que la amenaza de un auténtico monzón concentrado en pocas horas alertó a los vecinos para que retiraran los coches de la calle... Nada más lejos de la realidad: el nivel de alerta cambió de amarillo a naranja cuando la tromba ya había comenzado, y fue el propio Cidacos el que, con su crecida, se encargó de arrastrar los coches tras entrar por la calle Martínez Espronceda, incluso rompiendo ventanas y paredes para atravesar las casas del lado izquierdo de la fotografía. - D.N.