Pamplona - Navarra, con 8.548 testamentos vitales y una tasa de 13,20 por cada 1.000 habitantes, es la comunidad con una mejor acogida de esta iniciativa para que la ciudadanía pueda dejar previsto cómo quiere se tratada médicamente en la fase final de su vida. Esto ha sido objeto de una campaña del departamento de Salud que ha facilitado esta gestión en los propios centros de Salud. La CAV es la segunda autonomía y ambas duplican a la media estatal, que es de 6,35 por cada 1.000 personas y un total de 296.571 testamentos vitales. De elllos 89 son niños, ninguno en Navarra.

Aunque no existe un perfil concreto del menor que decide hacer este documento, los datos indican que se trata de “un menor emancipado con un grado de madurez superior al de una persona de esa edad que lo lleva a plantearse cuestiones vitales” como qué ocurrirá en caso de padecer una enfermedad grave, explica en una entrevista con Efe la vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía y notaria de Granada, María Teresa Barea.

Pueden ser menores que han visto situaciones de sufrimiento en su entorno y se han planteado que a ellos también les puede ocurrir, añade Barea, quien no obstante explica que los notarios no entran en preguntas ni en cuestiones subjetivas cuando hablan con estos menores.

Barea explica que el objetivo del documento de instrucciones previas o documento de voluntades anticipadas, conocido como “testamento vital”, es anticipar las instrucciones sobre el tipo de tratamiento médico que se desea o no recibir en el caso de padecer una enfermedad o accidente que incapacite a la persona para expresarse.

Lo más habitual, prosigue, es que en ese documento las personas se opongan a que se les apliquen determinadas técnicas terapéuticas o médicas que supongan encarnizamiento terapéutico o un alargamiento artificial de la vida.

Suele reflejar, además, indicaciones sobre donación de órganos o incluso el tipo de enterramiento o de incineración que quiere recibir. Y, en algunos casos, el testamento vital precisa quién será la persona que, ante la incapacidad de expresarse o de tomar decisiones, se comunicará con el equipo médico y dará los consentimientos necesarios. De los 89 menores que han hecho testamento vital en España, 70 residen en Cataluña, 8 en Baleares, 4 en la Comunidad Valenciana, 3 en Canarias, 2 en Aragón, uno en Andalucía y otro en Asturias, una cifra que solo supone el 0,03 % de quienes han suscrito este documento.

La vicedecana del Colegio Notarial de Andalucía achaca el bajo número de testamentos vitales que se hacen en España al desconocimiento que existe sobre este instrumento. “Hay muchas personas que ignoran que existe la posibilidad de anticiparse a una futura situación de enfermedad y de dar instrucciones”, asegura Barea quien recomienda el uso de esta herramienta.

En el Estado la mayor parte de quienes dejan constancia de sus últimas voluntades son mujeres, que suponen el 60 % (177.448) frente al 40 % de los hombres (106.424), mientras que de los 12.699 restantes no consta el género.

Y es más habitual entre las personas mayores. Algo más de la mitad de quienes han hecho testamento vital son mayores de 65 años y solo un 2 % (5.640) tienen entre 18 y 30 años. Del total de testamentos vitales firmados, el 30 % (88.688 personas) corresponde a personas de entre 51 y 65 años, y el 15,4 % (45.759) a grupo de entre 31 y 50 años.

De los 296.571 testamentos vitales registrados, 267.211 son de ciudadanos españoles y 29.360 de extranjeros. Todos estos datos indican que seis años después de la creación de este registro, en 2013, la cifra apenas se ha duplicado. Según los últimos datos del Registro Nacional de Instrucciones Previas del Ministerio de Sanidad, la comunidad en la que más testamentos vitales se han firmado es Cataluña, con 87.654, seguida de Andalucía, con 40.408 y de Madrid, con 29.079. Y en las que menos se han firmado son Extremadura (1.971), Cantabria (3.171) y la Rioja con 3.243. En las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla solo 167 ciudadanos han hecho testamento vital. - D.N.