Otsoportillo es un referente en todo nuestro valle, un símbolo de la barbarie fascista. A pesar de que se repitió en diferentes lugares, esta sima representa todo ese dolor”, destacó ayer Jesús Mari López Sarasola, de Olazti Memoria, en el homenaje que desde 1980 viene sucediéndose en este paraje de Urbasa, una fosa común a la que fueron arrojados un número aún indeterminado de personas. De esta manera se evitaba el trabajo de enterrar a los muertos. “Empezamos a subir a hacer este pequeño acto cuando nadie ni siquiera había oído hablar del concepto de memoria histórica. Entonces veníamos los familiares y el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz nos ayudaba a organizarlo”, recordó López Sarasola.

Así fue hasta 2016, cuando los ayuntamientos de Sakana firmaron un convenio para su organización conjunta de forma rotativa. Ayer era el turno de Olazti y Ziordia. “Para nuestros pueblos muy emotivo tener la responsabilidad de hacer el acto porque algunas de las personas que se han conseguido identificar en esta sima eran nuestros vecinos”, apuntó Itsasne Mendinueta de Ziortia. Eran los olaztiarras Melitón Agirre y Miguel Vergara además de los hermanos de Ziordia Domingo y Francisco San Román, que volvieron a sus pueblos 80 años después, tras las exhumaciones realizadas en 2016 y 2017 por Aranzadi dirigidas por el forense Paco Etxeberria. Si bien había constancia de que había al menos 14 cuerpos, se exhumaron restos de 11 personas de las que se han identificado siete. Los otros tres son Francisco San Román, de Urdiain y los altsasuarras Víctor Urkijo y José Úbeda.

Al respecto, Josemi Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria señaló la importancia de que las personas que sean familiares de víctimas del golpe militar de 1936 aún no identificadas aporten muestras en el Banco de ADN del Gobierno de Navarra para poder cotejarlos con los restos existentes. “En estos cuatro años escasos se han exhumado 91 cuerpos y se han identificado 24 personas”, apuntó Gastón. Asimismo, realizó un llamamiento a las personas que sepan dónde puede haber una fosa a que lo hagan saber para poder seguir el plan de exhumaciones. “Es importante que se comunique cualquier indicio”, destacó.

LUGAR DE MEMORIA La sima de Otsoportillo es uno de los seis primeros lugares inscritos en el Registro de Lugares de Memoria Histórica de Navarra junto con junto al Parque de la Memoria de Sartaguda, la Fosa de Olabe, la carretera de Igal / Igari a Vidángoz / Bidankoze, el Memorial de las Fosas del Perdón y la Escultura en memoria de la represión de la mujer, de Peralta /Azkoien con el objetivo de proteger, conservar y difundir los mismos con la finalidad de que sirvan como espacios de transmisión de la memoria y contribuyan a promover una cultura de paz y convivencia. Asimismo, se han incluido otros siete: Fosa de la Tejería de Monreal/Elo, fosa de Valcardera (Cadreita), Fuga de Ezkaba, Fosa del Alto de las Tres Cruces de Ibero, Parque de la Memoria de Etxauri, Argaitzeko harrobia (Bera) y estela en recuerdo de Germán Rodríguez Sáiz y escultura Gogoan. Se prevé que estos lugares sean señalizados y se coloquen paneles informativos, según adelantó Gastón. “.

Lo cierto es que Otsoportillo siempre ha sido un lugar para recordar, en especial para la familia de Víctor Urkijo, una de las promotoras de este homenaje en Otsoportillo, en especial su hijo Alberto y su mujer Mª Ángeles Artola, que hasta hace poco creía que su padre, Narciso Artola, también fue arrojado a este lugar. Pero en la exhumación realizada en la sima del El Raso fueron encontrados sus restos además de los de otros cuatro etxarriarras. Si bien de los siete hijos de Urkijo solo quedan dos, sus nietos y bisnietos mantienen viva su memoria. Ayer volvieron a reunirse bajo las sombras de las hayas.