pamplona - Madrileña de nacimiento pero pamplonesa de corazón, María Frutos González, de 21 años, se desplaza a todos los sitios en una silla de ruedas. Sufre una discapacidad motórica que le impide andar y, tal y como ella misma dice, “también me cuesta estudiar un poco más que a mis compañeros”. Su vida es más complicada pero su vitalidad y optimismo le permiten afrontar las dificultades con otros ojos. Se define como “una friki de la educación” y aspira a convertirse en una excelente pedagoga.

¿Siempre tuvo claro que estudiaría en la universidad?

-Siempre lo tenía en la cabeza pero no sé si lo habría conseguido de no ser por mi familia, que me ha apoyado siempre, y mis profesores y mis compañeros del colegio Miravalles-El Redín. Si alguien cree en ti, te hace creer más en tu potencial.

¿Cómo le ha afectado su discapacidad motórica a lo largo de su vida?

-Ha habido momentos complicados, pero los buenos lo han compensado.

¿Cómo solventó su etapa escolar?

-En Bachillerato fui poco a poco y en lugar de hacerlo en 2 años lo hice en cuatro. Iba despacito, pero lo saqué. El año pasado me matriculé en 1º de Pedagogía pero, como soy más lenta estudiando, me inscribí sólo en unas asignaturas y este curso voy a hacer el resto. Estoy encantada.

¿Por qué se decantó por estudiar Pedagogía?

-Me gustan muchos los niños y la educación. Siempre me ha interesado el tema de las dificultades de aprendizaje. Como voy en silla de ruedas no puedo estar con niños directamente, en un colegio, pero me gustaría dedicarme a la educación especial y creo que hay muchas salidas en este campo. Además creo que mi experiencia personal me puede ayudar en mi trabajo.

¿Cómo está viviendo la experiencia universitaria?

-La integración es fantástica, tengo que dar gracias a todo el personal de la universidad, sobre todo al profesorado, que tiene que hacer un esfuerzo extra, y a mis compañeros. Es un proceso en el que todos colaboran. Profesorado, estudiantes, personal de la limpieza, bedeles... incluso en la cafetería si no me acercan el pintxo, no me lo puedo tomar.

No son muchos los estudiantes con discapacidad que se animan a cursar una carrera. Usted es un ejemplo, ¿qué les diría si les tuviera delante?

-Que si quieren, pueden. Lo digo por experiencia. Les animaría a que fueran a la universidad. Les va a costar más, no voy a mentir, pero si lo consigues la alegría es mayor. Es más satisfactorio recoger frutos con lo que lo que tengo detrás. También les diría que la integración es real, no es utópica, hay mucho trabajo detrás y las universidades tienen recursos. Matricularme en la universidad ha sido la mejor decisión de mi vida.- M.O.