pamplona - El abogado donostiarra Miguel Alonso Belza, conocido especialista en violencia contra la mujer, ha sido condenado a penas que suman 7 años de prisión por maltratar a su expareja sentimental. El Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián ha dictado una sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, en la que otorga total credibilidad al relato de la mujer que denunció al letrado, que describió en su denuncia y en el juicio oral numerosos episodios de agresiones físicas infligidos por el letrado a partir de que ella decidiera poner fin a su relación, en el año 2016. Alonso Belza es conocido por haber representado a la familia de Nagore Laffage, víctima de un asesinato machista en Sanfermines de 2008, además de haber sido abogado del turno de oficio de Violencia Contra la Mujer de Gipuzkoa. La sentencia condena a Alonso Belza a 8 meses de prisión por un delito de coacciones leves, 16 meses por un delito de maltrato habitual, 4 años y 6 meses por seis delitos de maltrato no habitual, y otros 6 meses de cárcel por un delito de lesiones.

El abogado tendrá que cumplir la pena de prisión, ya que el juez ha desestimado la pretensión de la defensa de que imponga una pena alternativa, como multas o trabajo en beneficio de la comunidad. La sentencia destaca que Alonso Belza es “un reputado abogado en la lucha contra la violencia sobre las mujeres, que en los últimos años había asumido un papel muy activo, con múltiples intervenciones públicas sobre la materia”. “Esto nos obliga a analizar si estamos ante una especie de doctor Jeckyll y Mr. Hyde, por cuanto el señor Alonso Belza defendía en estrados a mujeres víctimas de la violencia machista con rigor y exquisito celo profesional, pero cuando se quitaba la toga se transformaba en un maltratador, como si adoptase el papel de aquellos hombres contra los que había pedido la máxima de las condenas por sus crímenes machistas, copiando sus métodos y conductas”, refiere la sentencia. Por este motivo, el juzgado entiende que el abogado “merece el mayor de los reproches penales, porque en todo momento fue consciente de la ilicitud de su conducta, en su condición de abogado especializado en la materia”.

no aceptaba el fin de la relación El juez considera probados los hechos narrados por la exnovia de Alonso Belza, quien describió numerosos episodios de violencia a partir de abril de 2016, cuando el letrado, quien “no aceptaba la idea de finalizar su relación” comenzó a enviar mensajes a la mujer de forma insistente, a controlar sus amistades y su teléfono móvil, a discutir con ella, encarándose y gritándole al oído, “y en varias ocasiones a agredirle”. La sentencia detalla cómo el abogado golpeó, propinó patadas, tiró del pelo, agarró por las solapas, escupió y tiró contra la pared a la víctima en las discusiones que mantuvieron en varias ocasiones durante el año 2016. Una de esas discusiones fue grabada por la víctima, que había seguido el consejo de un amigo y había instalado una cámara en su domicilio, una prueba que la defensa solicitó que fuera anulada, pero que el juez ha considerado lícita. En ese vídeo se aprecia cómo Alonso Belza arroja su teléfono móvil y otro objeto a la víctima, le grita, le propina una bofetada en la pierna, la empuja y la agarra por la solapa.

La sentencia considera que estas imágenes sirven de prueba de los hechos concretos que se aprecian, sucedidos en noviembre de 2016, y también “del infierno” vivido por la mujer “por partida doble”: “De un lado por la propia violencia sufrida durante el año 2016 cuando le comunicó al acusado que había decidido poner fin a su relación, pero también por la angustia que le generaba el que nadie le iba a creer por ser su agresor quien era”.

Las imágenes “no dan lugar a duda alguna acerca de la actitud violenta y fuera de sí del señor Alonso”, sostiene el juez, quien añade que, aunque hubiera habido una provocación previa, como defendió en el juicio el propio acusado, “no estaría justificado en modo alguno su actitud” con la víctima. Alonso Belza fue condenado en febrero a un año y medio de prisión por quebrantar la orden de protección que el Juzgado de Violencia contra la Mujer había dictado en favor de su exnovia, una sentencia que está recurrida, mientras que tiene pendiente otro juicio por un segundo quebrantamiento de dicha orden. - Efe