Una lección de superación, de esfuerzo y de sacrificio. Así se podría definir la charla que ofreció este viernes en San Adrián y Azagra Desirée Vila, atleta paralímpica gallega de 21 años a la que con 16, debido a una negligencia médica, tuvieron que amputarle la pierna derecha.

Y es que Vila, hasta entonces deportista de élite de gimnasia acrobática, lejos de dejar que esta situación le superara ha logrado darle una vuelta a su vida y ver el cambio como una oportunidad de futuro y como un continuo aprendizaje. De hecho, aseguró ayer que va a participar en los mundiales de Dubai en noviembre y que está a un paso de conseguir la mínima para los juegos paralímpicos del próximo año en Tokio. Ella entrena las disciplinas de salto de longitud y los 100 metros lisos.

A la charla motivacional en el IES EGA de San Adrián asistieron cerca de 150 personas, la mayoría alumnado de 4º de la ESO, 2º de FP Básica, los estudiantes de FP Especial así como los de ciclo medio de APSD (Atención a Personas en Situación de Dependencia).

“Al principio, aunque todos estábamos destrozados, nos dijeron que no nos teníamos que fijar en lo que me faltaba, sino en lo que tenía; al cortarme la pierna me salvaron la vida. Está claro que se me vino el mundo arriba, me quería morir. No salía de casa, me ponía pantalones largos con 40 grados y me avergonzaba de mi físico hasta que un día, y gracias al apoyo de mi familia, amigos y equipo, decidí dar un paso al frente puesto que mi pierna no iba a volver y fui a por la prótesis más llamativa, una dorada y brillante”, explicaba Desirée al tiempo que mostraba la que luce en la actualidad, una prótesis de 4 kilos de peso rosa fucsia, mientras que la que usa para correr, apuntaba también, pesa dos kilos menos.

“De algo que puede parecer un defecto o un fallo he sacado mi mejor virtud. Todos tenemos algún problema de algún cariz y el mío, es físico. Es importante tener sueños y objetivos porque si se tuerce el camino, siempre hay más opciones”, aseguraba al tiempo que, entre anécdotas y bromas, contó el calvario que supuso estar más de seis meses sin andar y como poco a poco, y con mucha ayuda psicológica y apoyo de familiares y amigos, comenzó a andar, después a trotar, a subir una montaña e incluso a andar en bicicleta.

jóvenes sensibilizados Antes de finalizar la charla, esta joven gallega dejó en la biblioteca del centro educativo su libro ‘Lo único incurable son las ganas de vivir’ para que lo pueda leer el que quiera. Allí aseguró que el título surgió de una frase que se le quedó grabada en la UCI. “Apenas recuerdo nada de aquellos momentos, solo quería morir, pero una enfermera dijo esa frase que se me quedó marcada a fuego”.

Los alumnos no dudaron en realizarle preguntas a esta deportista que, entre otras cuestiones, les desveló que puede conducir perfectamente, y que de hecho lleva un vehículo automático con el pedal invertido, y que en la playa se baña con la prótesis mientras que en la piscina o en la ducha se la quita, pero solo por comodidad.

Vila, que reconoció que hasta que no salió la sentencia del juicio no tenía dinero para pagar la prótesis y que inició una campaña de financiación para poder pagarla, les preguntó a los allí presentes a ver si sabían cuánto costaba dicha prótesis. Los primeros en apostar dijeron que 3.000 euros y poco a poco la cuantía fue subiendo hasta los 70.000 euros que Vila desveló que cuesta su prótesis inteligente puesto que le amputaron la pierna por encima de la rodilla. Además, y sin ningún tipo de pudor, les hizo una demostración de cómo anda con ella, algo que, aunque ahora le resulta mecánico, tiene su complejidad.

El objetivo de la charla, explicaban, era potenciar la diversidad y la inclusión desde edades tempranas, sensibilizar y formar en valores. De hecho, la vicedirectora del IES Ega, Isabel Mendaza, aseguraba que este tipo de charlas “son muy interesantes, unas iniciativas maravillosas porque transmiten a la juventud las ganas, la lucha y el coraje”.

avance de la sociedad Además de practicar deporte, que es su pasión, está estudiando Relaciones Internacionales. En este ámbito empresarial no dejó escapar la oportunidad de lanzar la idea de que “poco a poco hay más conciencia sobre la importancia de la accesibilidad. Cualquier persona puede aportar mucho y por eso hay que hacer hincapié en que todos podemos desempeñar una labor si nos ponen los medios”.

Vila se desplazó después a Azagra, al colegio Francisco Arbeloa, y a la empresa Virto, entidad que junto con Adecco organizó esta jornada.