pamplona - La presidenta de Navarra, María Chivite, recogió ayer en París el Premio Unesco de Educación de las Niñas y las Mujeres por la puesta en marcha del proyecto de coeducación Skolae. En el acto, que tuvo lugar en la sede de la Unesco, la presidenta estuvo acompañada por el consejero de Educación, Carlos Gimeno, y la directora general de Recursos Educativos, Begoña Unzué.

Chivite agradeció este reconocimiento al programa, encaminado a “lograr una sociedad más justa e igualitaria desde la educación de niños, niñas y jóvenes”.

La Unesco, organización de Naciones Unidas dedicada a la Educación, valora del proyecto Skolae las herramientas que facilita a niños y niñas para “ejercer su derecho individual a la igualdad, independientemente de su cultura, religión, orientación o identidad sexual”. Esta entidad también resalta su carácter preventivo de “toda forma de violencia contra las niñas y las mujeres, poniendo de relieve a las mujeres y sus contribuciones, y valorizando la masculinidad igualitaria y la feminidad responsable”.

En la ceremonia de entrega del premio, la presidenta Chivite recordó que el programa Skolae de coeducación y educación afectivo-sexual “es necesario para contribuir a reducir la desigualdad de género, la violencia y los abusos sexuales, y las enfermedades de transmisión sexual, así como para favorecer el respeto a la diversidad sexual y la visibilidad de las mujeres en el espacio público”.

Chivite destacó el ejemplo de igualdad que deben dar las instituciones a la sociedad. “Soy la tercera presidenta consecutiva al frente del Gobierno de Navarra, lo que demuestra que en la esfera pública las mujeres estamos en puestos de liderazgo, igual que tenemos que seguir rompiendo techos de cristal en la esfera privada y en ese camino la educación es la herramienta más potente que tenemos”, aseguró.

Finalmente, la presidenta tuvo unas palabras de agradecimiento para el equipo creador del programa por su puesta en marcha y para el actual grupo de personas que consolidan su implantación en los diferentes niveles educativos.

Como es conocido, el programa de coeducación Skolae ha llegado en Navarra a 116 centros educativos navarros desde su puesta en marcha en 2017, el 55% de los centros. En el mismo participan más de 15.000 chicos y chicas de entre 3 y 18 años y cerca de 500 docentes.

el profesor como referente Amelia Fernández de Monje, una de las profesoras y coordinadoras de Skolae, explicó ayer para Unesco los pormenores del proyecto educativo incidiendo en la formación del profesorado. “Nos parece muy importante que se formen, porque a veces tienen ideas erróneas sobre la igualdad. En la formación se trabajan conceptos básicos y las masculinidades igualitarias, se busca que el docente reflexione y luego lleve a práctica lo que ha aprendido con el alumnado. Después de la formación se acercan al alumnado de una forma mucho más consciente y crítica con las desigualdades, se convierten en referentes para ellos y así son más fáciles de seguir”, explicó Fernández de Monje.

Asimismo, la docente también aclaró que Skolae “hace obligatoria la coeducación”, trabajando “sistemáticamente” aspectos como “la responsabilidad y la crítica frente a la desigualdad” o “la sexualidad y los buenos tratos” en un aprendizaje “adecuado y adaptado a las diferentes etapas evolutivas” según considere el docente.

un premio a la innovación El Premio Unesco de Educación de las Niñas y las Mujeres que recibió ayer el programa educativo Skolae reconoce las innovaciones y contribuciones realizadas por particulares, instituciones y organizaciones para fomentar la educación de niñas y mujeres y, en consecuencia, mejoren su calidad de vida.

Con periodicidad anual, el Premio se otorga a dos entidades o particulares. Fue creado por el Consejo Ejecutivo de la Unesco y contribuye al cumplimento de los objetivos recogidos por la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030.

Además de a Skolae, en 2019 el organismo internacional reconoció a Sulá Batsú, una cooperativa costarricense que desde 2005 aúna el uso las tecnologías digitales con el arte para narrar historias a niñas y mujeres jóvenes y estimular la transformación social de las comunidades locales.

Su proyecto, La voz de las niñas de América Central, ha llegado a más de 4.000 niñas desde Costa Rica a otros países de su entorno. Puesto en marcha en las escuelas, el programa da voz a niñas procedentes de medios vulnerables. - D.N.