En nuestra cultura el consumo de alcohol está totalmente integrado como algo normal, banalizando sus efectos negativos. Esta tolerancia social y el aumento de bebedores adolescentes de ambos sexos han conducido a que el alcohol sea, en la actualidad, la droga más consumida en nuestro entorno.

Las últimas investigaciones científicas ponen en evidencia que, aunque el consumo de alcohol sea moderado, los beneficios que pueda aportar son inferiores a sus efectos negativos. Valorando la mortalidad y la discapacidad asociadas al alcohol concluyen que la dosis que minimiza los daños es el consumo cero y que, en ningún caso puede recomendarse el alcohol a dosis moderadas por un supuesto efecto beneficioso.

El consumo abusivo del alcohol es un importante problema de salud pública de consecuencias sanitarias y sociales. Tiene conocidos efectos negativos sobre el hígado y el corazón, aumento del colesterol, hipertensión arterial, alteraciones neurológicas y digestivas. Incluso en niveles moderados, existe riesgo de daño cerebral con deterioro cognitivo. Su consumo crónico se asocia a un aumento de varios tipos de cáncer.

Igualmente se asocia a mayor probabilidad de problemas sociales: aumento de las muertes violentas por suicidio, accidentes laborales y domésticos, homicidios y violencia de género: múltiples problemas sociales y laborales que con frecuencia conducen a la pobreza.

En los niños y adolescentes el cerebro es particularmente vulnerable a sus efectos adversos ya que interfiere en el proceso de maduración de estructuras cerebrales. Incluso si se trata de consumos intermitentes moderados, estos efectos favorecen alteraciones de la conducta, de la memoria y del aprendizaje.

Especialmente en la adolescencia se incrementan las posibilidades de comportamientos sexuales de riesgo y de llevar a cabo, o ser víctima, de un asalto físico y sexual. Por otro lado, el consumo temprano de alcohol hace más probable el consumo de otras drogas y el riesgo de tener problemas con el alcohol a lo largo de la vida.

En Navarra hemos tenido la prevalencia de borracheras más alta de España En España se realizan de modo bianual dos grandes macro-encuestas que nos informan sobre el consumo de alcohol y otras drogas: la encuesta ESTUDES a escolares de 14 a 18 años y la encuesta EDADES a población de 15 a 64 años.

Es preocupante que en el conjunto de España el 26,4% de las niñas de 14 años reconocen haberse emborrachado alguna vez; en niños este porcentaje es del 19,9%.

En Navarra los datos de borracheras en escolares son los más altos de todas las Comunidades Autónomas: el 57,6% en el último año y el 27,8% en el último mes. En España el promedio de estos porcentajes es del 42,4% y 21,8% respectivamente.

Las borracheras están asociadas a un nuevo patrón de beber en "atracón", orientado a tener efectos inmediatos: se beben 5 ó más bebidas alcohólicas en un período corto. El 36,2% de los escolares navarros lo ha hecho en el último mes.

Entre la población de 14 a 64 años la prevalencia de borracheras en el último mes en Navarra es 2,6 veces superior a la española: 18,3% frente a 7,1%.

¿Qué hacer ante este grave problema de salud pública? Hasta ahora el consumo de alcohol perjudicial, especialmente en adolescentes, no ha estado en suficiente medida en la agenda del Departamento de Salud.

En diciembre de 2016 se había identificado a 11.716 personas con consumos de riesgo en los centros de salud navarros. Y sin embargo, sólo se había indagado sobre el consumo de alcohol al 17,11% de las personas mayores de 14 años en los dos últimos años previos.

Es evidente la necesidad de que, desde Salud, se establezcan medidas para detectar personas que hacen un consumo de riesgo y ofrecerles ayuda. Las intervenciones educativas breves en Atención Primaria han demostrado ser muy efectivas. Las personas con adicción deberían derivarse a Salud Mental pero esto requiere que, tal y como se establece en el III Plan de Salud Mental, se pongan equipos profesionales específicos para atender estas adicciones

Está claro que el consumo perjudicial de alcohol sobrepasa el ámbito sanitario. Es imprescindible eliminar la publicidad. La venta de alcohol a menores se debe perseguir implacablemente: más del 35% de los escolares reconoce haberlo comprado en supermercados o tiendas de barrio y el 34,8% en bares. El 38,2% ha conseguido el alcohol por si mismo y el 32,9% mediante la ayuda de una persona mayor de 18 años. El objetivo de consumo de alcohol cero en niños y adolescentes es prioritario e ineludible.

Una dificultad importante es la existencia de horarios de ocio diferentes para los adolescentes y los adultos. La realidad es que las horas de marcha de los jóvenes empiezan cuando los adultos ya se han retirado. Esto conlleva una dificultad añadida para el control parental.

El insólito y efectivo caso de Islandia Los programas de educación individual para escolares informando de los riesgos del alcohol en general han tenido resultados decepcionantes a largo plazo. Es conocida la experiencia de Islandia que, tras el fracaso de acciones educativas individuales, hace 20 años desarrollaron un programa denominado "Youth in Iceland" , que logró pasar de tener la población joven con más riesgos de Europa, a los adolescentes más saludables, reduciendo el consumo de alcohol de 48% al 5%, de tabaco del 23% al 3% y de marihuana del 17% al 7%.

Este programa daba mayor protagonismo a padres y madres, instando a invertir más horas con los hijos. Igualmente se fomentaron acciones de participación comunitaria y de la juventud con promoción de ocio saludable a través de la música, deportes, danza, teatro, talleres de arte, etc.; prohibición de la publicidad del alcohol y prohibición a los menores de 16 años de salir a altas horas no acompañados de sus progenitores o tutores.

Llamada múltiple En Foro Salud Mental creemos que el consumo de alcohol es un tema que debe introducirse en la agenda y el debate público, político y social, para actuar en los diferentes frentes implicados. Queremos hacer una llamada a:

- los servicios sanitarios para que den una mayor prioridad a la atención del consumo abusivo de alcohol.

- los ayuntamientos y asociaciones de barrio y juventud para que se impliquen en la promoción de estilos de ocio saludables

- la Administración para que elimine la publicidad del alcohol y controle la prohibición de venta a menores.

- los padres y madres para que se impliquen en la detección y el control del consumo de alcohol de sus hijos, aumentando el tiempo de convivencia y comunicación con ellos.El autor es médico y secretario de la Junta del Foro de Salud Mental