NOÁIN - “No estaba en mi coche por cinco segundos. Iba hacia él cuando la avioneta ha chocado contra él”. María Puy Ayensa, una de las inquilinas de las viviendas del paseo de la Estación de Noáin, resoplaba anoche al relatar la experiencia que había vivido momentos antes, aliviada por no haber sufrido daños personales, pero consternada por lo ocurrido. “Prefiero no pensar que podría haber pasado si hubiera salido de mi casa momentos antes”.

La mujer, que reside en la vivienda número 6 de la citada dirección con su marido, Joseba Bailo, y su hijo menor, de 26 años, explicó que había salido a la calle para dirigirse hacia su turismo, un BMW 320 del año 2000, con la intención de dirigirse a Pamplona. “He salido a la calle y he pensado que me había dejado la llave del coche en casa, así que he vuelto a entrar. En ese momento he escuchado un ruido muy estridente y he salido corriendo afuera para ver qué pasaba. No sabía si era el tren, pero entonces he visto todo rojo, todo en llamas”.

Inicialmente, María Puy Ayensa no acertó a saber qué había chocado contra su coche. “No sabía si era un camión, una furgoneta o una grúa de coches, pero después he visto una numeración (la matrícula en el fuselaje de la avioneta) y he visto que era una avioneta. Han empezado sucederse explosiones y en ese momento ha venido un vecino que es bombero preguntando por mí a gritos. Es verdad que el coche no ha empezado a arder enseguida y si yo hubiera estado dentro, creo que me habría dado tiempo a salir, pero también es cierto que si hubiera arrancado un momento antes el coche, quizá la avioneta habría chocado conmigo de frente. He tenido mucha suerte”, subrayó.

Joseba Bailo, marido de María Puy Ayensa, no se encontraba en casa cuando se produjo el accidente aéreo. “Acababa de irme porque teníamos un entrenamiento de cesta punta en Cabanillas. Entonces mi mujer me ha llamado y me he vuelto. La avioneta golpeó contra el coche, pero no contra la casa. Es sorprendente”, destacó.

EMPEZÓ A EXPLOSIONAR El hombre señaló que encontró a su esposa “desesperada, con un bombero dentro de casa que trataba de consolarla”, y añadió que, al igual que su mujer, tardó en descubrir que se trataba de una avioneta lo que había chocado contra su coche. “Estaba ardiendo todo el campo, había mucho humo negro en la avioneta y ha empezado a pegar explosiones”, señaló el hombre, que reconoció que “más de una vez me habían comentado que iba a acabar algún avión en el cuarto de estar de mi casa, pero es algo llevadero”.

El siniestro aéreo coincidió ayer con la marcha de los inquilinos que residían en el número 2 del paseo de la Estación, que habían vendido recientemente la casa y habían venido a despedirse del resto de los vecinos. En el número 4 reside una hermana de María Puy Ayensa, con su familia, incluidos dos hijos.