- La situación de los tanatorios de Navarra es el fiel reflejo de la situación que atraviesan las ciudades que antes eran el marco de un constante ir y venir de gente, pero que ahora se han quedado vacías y frías. Los familiares y allegados de las personas fallecidas estos días se llevan la peor parte, y es que ni siquiera podrán pasar por el procesos de despedida de la manera habitual. También los tanatorios y velatorios se han visto envueltos en el remolino de la crisis del coronavirus, que los ha obligado a extremar medidas de precaución, ya que estos lugares están dedicados a la reunión, y así evitar que se conviertan en potenciales focos para los contagiosfocos para los contagios.

Para David Facila, gerente del Tanatorio San Alberto, el ambiente en el sector funerario está "enrarecido y es, si cabe, más desolador de lo habitual". Además de la reducción de personas que puedan velar en una misma sala se haya reducido a seis, Facila explica que el personal del tanatorio también se ha recortado hasta quedarse "en servicios mínimos para reducir la presencia de los trabajadores en la medida de lo posible", ya que "la muerte no entiende de días, vacaciones ni de confinamientos".

En cuanto a las ceremonias, desde el Tanatorio San Alberto recomiendan no velar, aunque entienden que es una opción que tampoco pueden "quitar" a las familias que atraviesan un momento de tal delicadeza. De esta manera, apuntó que entre un 40% y un 60% de las familias han decidido no velar, una decisión y una comprensión que Facila agradeció. "Entendemos que es una medida difícil de tomar, pero nos parece que es la forma de las familias de poner su granito de arena y contribuir a que el virus no se expanda", apuntó.

En la misma línea, la gerente de Tanatorios Irache, Lorena Sánchez, también subrayó la prioridad de salvaguardar la salud pública, de manera que los esfuerzos del grupo están siendo dirigidos a "garantizar la seguridad del personal", por lo que se han centrado en conseguir material de protección para los cerca de 80 trabajadores que están distribuidos por 60 tanatorios en toda la Comunidad Foral. Dadas las dimensiones del grupo Irache, a Sánchez le preocupa que si sus trabajadores estuvieran expuestos al virus podría "colapsar" la red funeraria en Navarra, por lo que han reducido el número de aforo en las salas de los tanatorios a solo tres personas.

De la misma manera, la gerente de Tanatorios Irache quiso aprovechar la situación para reivindicar y dar visibilidad "a la figura del funerario dentro de la cadena sanitaria", por lo que subrayó que "no se puede desprovisionar a este personal de los medios de protección necesarios", a pesar de admitir que todavía no han sufrido escasez de materiales como está pasando en otras comunidades del Estado.

Por su parte, en el Tanatorio Izarra también han reducido el aforo de las salas a un tercio de su capacidad habitual. Siendo así, Mikel Idoate, gerente de Izarra, entiende que es esencial cumplir con las obligaciones y recomendaciones del Ministerio de Salud, interpretándolas siempre "desde la perspectiva más humana y personalizada posible, porque al final estos momentos pueden generar cicatrices que sean muy difíciles de curar". De esta forma, Idoate aseguró que su trabajo es utilizar esas dos varas de medir: "Si perder a un ser querido ya es duro por definición, se le añade el sentimiento de soledad de las personas que no pueden dar un último abrazo a la persona que ha fallecido, pero que, además, tampoco pueden tener cerca a sus en un momento tan crucial. Esta soledad esta haciendo más cruel el proceso del duelo", aseguró el gerente de Izarra, quien aseguró tener por objetivo el transmitir algo de tranquilidad y estabilidad a estas familias.

"El sistema funerario de Navarra podría colapsar si los trabajadores enferman"

Tanatorios Irache

"Hay que humanizar la situación porque puede crear heridas muy difíciles de curar"

Izarra

"Esto no para. La muerte no entiende de días, de vacaciones ni de confinamientos"

Tanatorios San Alberto