- Cansancio y febrícula fueron los primeros síntomas que el martes de la pasada semana le pusieron en alerta. Carlos Artundo Purroy, director general del Departamento de Salud, vive la epidemia con preocupación pero también con "serenidad" por la respuesta que está dando el personal sanitario, las instituciones públicas y la sociedad civil que, en Navarra, ante la adversidad, responde con generosidad, asegura.

Le preocupa que el personal sanitario no tenga material suficiente de protección e insiste en que lo que ahora toca es intentar contener al máximo y frenar el desarrollo desbocado de esta pandemia y minimizar el impacto, sobre todo, en las personas más vulnerables, los mayores, las residencias y los profesionales que "al final, van a tener que lidiar y resolver el tema".

¿Cómo se encuentra?

-Estoy razonablemente bien, ya llevo unos cuantos días. Los primeros días tuve febrícula y llevo dos o tres días sin fiebre. Lógicamente cansado porque no paro y porque estoy respondiendo a lo que toca ahora.

¿Cuáles fueron sus síntomas?

-Cansancio brutal pero, claro, el cansancio al principio no sabía distinguir si era fruto de los días y semanas que llevábamos no solo yo sino todo el equipo que estamos en esto de salud, de los hospitales, y era complicado saber si se debía al cansancio acumulado, al agotamiento acumulado o si podía ser el coronavirus. Cuando empecé a notarme con un poco de febrícula, ya me aislé. Eso fue el martes por la noche y a partir de ahí empezó a aparecer la sintomatología de más fiebre y entonces ya fue cuando decidí hacerme la prueba; dio positivo.

¿Puede intuir cómo se contagió?

-No tengo ni idea pero en cualquier sitio. Date cuenta de que hemos estado en las últimas semanas reuniéndonos con muchísima gente en los hospitales, en centros sanitarios, en reuniones de los gabinetes de crisis y es verdad que al final, los últimos días era todo por videoconferencia y teníamos las reuniones no presenciales y guardando las medidas de seguridad entre las personas, pero al principio no teníamos casos ni la epidemia como hasta ahora y estuvimos reuniéndonos muchísima gente y es imposible de saber.

¿Cómo está viendo la evolución de esta epidemia que ha conocido desde el minuto uno como gestor de los servicios sanitarios?

-Yo diría que, no solo como gestor sanitario, sino como todo el mundo, con muchísima preocupación, porque realmente esto no lo hemos vivido nunca ni era esperable que lo viviéramos. Pero también la veo con una cierta serenidad que da el saber la respuesta que están dando, en primer lugar, el personal y los equipos sanitarios que es de chapeau, absolutamente de chapeau, y en segundo lugar, todo tipo de profesionales, instituciones, otros departamentos del gobierno, ayuntamientos y sociedad civil. La gente, como siempre en situaciones tan extremas, la gran mayoría, responde con un nivel de generosidad y de solidaridad en Navarra que, desde luego, el verlo es de emocionar.

¿Tiene alguna previsión de por dónde iremos con el coronavirus?

-En cuanto a la previsión de por dónde iremos, sinceramente, no hay datos y hay demasiadas incertidumbres como para decir algo con rigor pero lo que hay es una coincidencia entre todos los expertos en general que, con las medidas drásticas que se han tomado, en unos días tendríamos que empezar a ver una cierta moderación en el crecimiento de casos. Eso no significa que hayamos pasado la situación tremendamente compleja pero si que se puede empezar a ver que se frena el ritmo exponencial que estamos viendo estos días.

¿Pensó alguna vez que el coronavirus se iba a expandir tan rápido?

-Bueno teníamos la experiencia de otros países, concretamente de China, de países del sudeste asiático; luego vino Italia, teníamos modelos pero es verdad que como las realidades son diferentes, las situaciones son diferentes, los sistemas sanitarios son diferentes no tienes certezas de realmente cual va a ser el ritmo concreto. Desde que se empezaron a ver aquí los primeros casos, cómo estaba a nivel comunitario y la transmisión, aunque se hicieron esfuerzos tremendos para intentar contener al máximo posible el coronavirus, ya vimos que se estaba instalando en la Comunidad y que se iba a extender como estamos viendo. Sinceramente, yo creo que nadie podíamos prever exactamente ni el ritmo, ni la velocidad, ni de qué manera, ni los patrones de extensión. Además, aquí tuvimos particularidades con algunos focos identificados muy importantes que venían de fuera.

No sé si ha leído opiniones de investigadores como Elkin Patarroyo, entre otros, que consideran que se está exagerando con las medidas. ¿Qué opina? ¿Estamos ante una epidemia inédita para nuestra generación?

-Yo pienso que ahora no creo que sea el momento de hacer evaluaciones críticas de si las medidas, antes, después, más o menos, yo creo que ahora hay que estar en lo que estamos: intentar contener lo máximo posible y, de alguna manera, frenar el desarrollo desbocado durante un tiempo. Vamos a ver cual es el resultado de las medidas y en eso es en lo que hay que estar. Luego, en la medida en que vayan funcionando, ya evaluaremos en concreto, porque lógicamente estas medidas son medidas que tienen un impacto muy importante en la salud mental y, por supuesto, un gran impacto social y económico. Cuando sea posible relajarlas porque tenemos datos y opiniones expertas que aconsejan relajar pues mucho mejor para todos pero ahora no es momento de darse a teorías de un tipo u otro. Ahora hay que concentrarse en responder lo mejor posible. Primero en minimizar el impacto de la epidemia, y sobre todo, en las personas más vulnerables. Insisto siempre en las personas mayores, las residencias y nuestros profesionales que son los que al final son los que van a tener que lidiar y resolver el tema.

¿Cómo le parece que está respondiendo la sociedad navarra?

-La respuesta en este tipo de situaciones de la sociedad navarra es brutal, de una generosidad extrema y pienso que eso hay que agradecer, ponerlo bien claro y ya llegará el día en el que se pueda reconocer a cada una de las personas que se están dejando la piel en esto. Pero también creo que hay que poner orden a un cierto caos que hay. Hay que poner organización porque si no corremos el peligro de que toda esa generosidad se malgaste por falta de cauces, por falta de criterios técnicos, por falta de una buena organización. Yo creo que es difícil, estamos como estamos, porque estamos intentando afrontar un reto que ni conocíamos ni imaginábamos hace cinco meses, pero creo que hay que poner cabeza, sensatez y confiar que, con todo lo difícil que es la situación, tenemos unos profesionales, gente que está dando lo mejor y va a seguir dando lo mejor. Es verdad que hay gente que se está retirando porque dan positivo, pero otra nueva gente tomará el relevo. Ya estamos llamando a profesionales jubilados, que se irán incorporando progresivamente ya que habrá gente que tenga que cubrir a quienes se tienen que retirar.

¿Qué es lo que más le preocupa ahora cuando, al parecer, podríamos estar en el pico más alto de la incidencia? ¿Cómo podemos saber si estamos en el pico más alto?

-No, en el pico más alto todavía no estamos. Por los datos que tengo, se va a seguir subiendo estos días aunque si que es verdad que en no muchos días, relativamente en pocos días, vamos a ver una cierta contención del ritmo de crecimiento. Eso yo si creo que lo vamos a ver, lo tenemos que ver con las medidas que hemos tomado en pocos días pero todavía no hemos tocado techo. Lo que más me preocupa, sinceramente, es el material. Material crítico para proteger a los profesionales. Que las personas que están en primera línea puedan trabajar protegida. Es verdad que no es la situación de la semana pasada, cuando hubo un momento muy crítico, pero todavía no podemos estar tranquilos porque los mercados internacionales y los aprovisionamientos están muy volátiles, cada vez hay más países que demandan más material y están dispuestos pagar lo que sea. Es verdad que desde el ministerio la compra centralizada ha empezado a llegar pero no está entrando suficiente para estar muy tranquilos. Mejor que el momento crítico que hemos pasado si, pero todavía prudencia y, sobre todo, buena utilización; que no perdamos ni un solo equipo porque podemos necesitar en el futuro y, por parte de todo el mundo, hay que concienciarse. Quizá el tema de este material de protección es lo que más me preocupa porque, insisto, es un problema agudo, básico y esencial en todas las CCAA e incluso en otros países. Hay noticias esperanzadoras. Hoy leemos que la Comisión Europea ha comprometido los suministros para Europa pero aun estamos en momento delicado.

Volviendo a su estado. ¿Cómo lleva el aislamiento y la recuperación conectado siempre con Salud?

-La verdad es que no he dejado de trabajar ningún día desde primera hora de la madrugada hasta la última hora de la tarde pero me tomo la revancha descansando al mediodía porque sino sería imposible de aguantar. En mi caso está siendo muy llevadero, puedo estar trabajando a tope. Lo que más hecho en falta es el contacto social porque, aunque hablo con muchas personas a lo largo del día sobre cuestiones de trabajo y por la responsabilidad que me toca, es verdad que estar aislado, sin poder ver a nadie, sin poder interactuar con nadie, digo personalmente, sin poder tocar a nadie, sin poder abrazar a nadie... pero bueno eso es lo que nos pasa a muchísima gente, a todo el mundo. Me imagino que como mucha gente, estoy deseando de que esto pase y, como soy bastante besucón, de abrazar y de tocar, cuanto todo esto pase creo que voy a ser el doble. Por lo demás, de trabajo estoy teniendo suerte porque como otra mucha gente afectada del COVID-19, los que estamos en casa por lo menos, que somos muchísimos, se puede llevar con bastante naturalidad.

Sí, pero hay que cuidarse

-Sí, claro, hay que cuidarse, hay que descansar, hay que tomar algunas precauciones, el tratamiento sintomático y descansar lo que se pueda. En mi caso, el trabajo es una terapia ocupacional porque no tener nada que hacer durante el día me resultaría mucho más duro. Por lo menos así siento que estoy haciendo lo que me toca hacer, colaborar; que puedo contribuir, que puedo tomar decisiones, que puedo aportar en el puesto que me toca y eso también me da tranquilidad.

Bueno, parece que no hay tratamiento. Paracetamol para la fiebre y que pase ¿no? ¿Como una gripe?

-Yo estoy sin fiebre desde hace tres o cuatro días, y lo único, cierto agotamiento que supero cuando descanso. El tratamiento es sintomático y nada más excepto si aparece otro tipo de sintomatología o agravamiento que hay que chequearlo y hablar con los sanitarios.

¿Algo que añadir?

-Sí, agradecer el apoyo a tantísima gente, personas concretas, institucionales, reponsables, colegas del ámbito de la salud, medios de comunicación; un apoyo que te da muchas ganas seguir y poder hacer desde aquí lo que pueda. Me siento superagradecido y extiendo el agradecimiento a toda la gente que está poniendo todo lo mejor, iniciativas para ayudar a otra gente como ocuparse de los abuelos de la escalera, todas las iniciativas privadas comunitarias que las hay y las está habiendo. Muchas gracias.

"Ahora hay que concentrarse en intentar contener y frenar el desarrollo desbocado del virus, y minimizar el impacto en los más vulnerables"

"Mis primeros síntomas fueron un cansancio brutal y cuando empecé a notarme febrícula me aislé. Cuando la fiebre fue a más me hice la prueba"

"La respuesta de la población navarra es de una generosidad extrema pero hay que poner orden al cierto caos que hay para que no se malgaste"

"Lo que más me preocupa en este momento es el material, que las personas que están en primera linea puedan trabajar protegidas"