Las restricciones decretadas por el estado de alarma para frenar la crisis sanitaria provocada por el coronavirus no solo tendrán consecuencias para los humanos, también las mascotas pueden salir de ella con problemas de obesidad y de "ansiedad por separación".

Se trata de efectos que el veterinario Leo Gainza, de la Clínica veterinaria Burlada, adelanta, en declaraciones a EFE, que pueden sufrir no pocos perros y solo algunos gatos, al ser estos últimos de carácter mas independiente y además tener más posibilidades de moverse.

El problema de los perros, dice, es que el confinamiento les pueda pasar factura porque son animales que tienen que moverse para mantener la cabeza despejada y activar los músculos para liberar energía y no engordar.

Unas necesidades que no se cubren en las actuales circunstancias, con días de confinamiento prácticamente enteros y los paseos que pueden realizar limitados a quince minutos como máximo.

Si a ello se le suma que el hecho de estar en casa más horas de lo normal puede suponer que también se coma más de lo que era habitual, el resultado es que existe un riesgo cierto de que salgan de esta crisis con cierta obesidad que a su vez podría conllevar otros problemas de salud.

Un riesgo que a juicio de Leo Gainza no va ser el único que pueden sufrir estas mascotas con la limitación de movimientos que lleva aparejado el estado de alarma.

Según explica, en estas largas jornada encerrados en casa los perros, como también los gatos, hacen una labor terapéutica "sin duda" para sus dueños, "estoy seguro", dice, y añade al respecto que muchos de los propietarios son personas que viven solas y gran parte además con una edad avanzada.

El lado negativo es que el animal "va a estar sobreexpuesto a la presencia" de su dueño y esto puede desencadenar un "sobreapego hacia él" que cuando se retome la vida normal le afectará.

La razón es que es que el animal se ha acostumbrado durante el confinamiento a "estar permanentemente con su propietario" y cuando deje de ser así le puede desencadenar un transtorno de "ansiedad por separación".

Por eso Gainza recomienda los propietarios que si ven a sus mascotas "tumbadas, solas y tranquilas, las dejen estar para que puedan tener sus momentos de independencia y soledad".

Además para prevenir el contagio por coronavirus, aconseja que no se les acaricie, limpiarles las patas al regresar de la calle y darles un baño con periodicidad.

Lo que este veterinario rechaza es que se les pongan mascarillas porque "no son contagiadores por aerosoles", "si pasan el virus a alguien es por contacto", y para ellos tampoco tienen ningún beneficio cuando "solo cuatro animales en todo el mundo a día de hoy están infectados".

Y si el dueño es positivo o sospecha que puede serlo es él quien deberá llevar la mascarilla y guardar las medidas higiénicas establecidas en general, como el lavado de manos antes de tocar al animal para evitar dejarle el virus en el pelo y la limpieza o desinfección de los lugares y objetos que éste utilice.

Para Leo Gainza, si se respetan estas pautas, un propietario positivo o posible positivo no tendría por qué sacar del domicilio obligatoriamente a su perro o gato, vale con que actúe como cuando la convivencia es con otros seres humanos en una misma vivienda.