- Yolanda Fonseca, presidenta de la asociación Hiru Hamabi, recuerda que el parón de las terapias puede tener consecuencias terribles. "Si tal y como parece el curso no se reanuda hasta septiembre, estos niños y niñas no pueden estar seis meses sin terapia. Si ya es duro el parón de verano en circunstancias habituales, después de este parón desde marzo, las secuelas serán irreversibles en la mayoría de los casos".

Fonseca tiene un hijo de 16 años recién cumplidos que sufrió una encefalitis con solo 3 que le causó el daño cerebral. Cuenta que para las familias como la suya el confinamiento ha supuesto una etapa para "reinventarnos. Si todos nos las hemos tenido que ingeniar en casa, nosotros todavía un poco más si cabe y en muchas cosas hemos tenido que hacer el pino puente para tratar de llegar a todo. Desde que se cerraron todos los centros de Educación no hemos tenido ningún tipo de apoyo terapeútico. De esta forma, de un plumazo, se dejaron de hacer las rehabilitaciones físicas, motoras, de logopedia, que por lo general se imparten en los colegios y no hemos tenido ningún tratamiento rehabilitador durante este periodo", narra la presidenta de Hiru Hamabi, que detalla que muchos de estos menores, los más afectados, necesitan incluso tres sesiones de fisioterapia a la semana. Por ello, recuerda que las familias afectadas "echamos en falta que se priorice e individualicen los tratamientos y que los casos más urgentes, por ejemplo los niños con afectación respiratoria, que es vital para ellos y para que puedan vivir dignamente".

Con el confinamiento y la suspensión de las actividades, "se ha supeditado la situación a que los padres realicen la rehabilitación en casa. Es una locura, porque tú no eres una profesional y no puedes suplir esas funciones como si fueras un especialista. No sabemos las consecuencias que todo esto va a suponer, pero las estamos viviendo, hay niños que necesitan esas terapias y apoyos educativos, sanitarios y rehabilitadores y que no se deje a la responsabilidad de los padres". Fonseca recuerda que la unidad creada para estos menores en el Complejo Hospitalario de Navarra atiende a 113 menores, recibe 13 casos nuevos al año y enfatiza que hasta los 16 años este tipo de pacientes no puede acudir a estos tratamientos en el sistema sanitario público.