- Los profesores universitarios "sienten la necesidad de recibir formación didáctica para impartir una docencia de calidad en un entorno no presencial". Además, aunque en menor grado, también consideran oportuno recibir formación técnica para "optimizar el uso de las plataformas tecnológicas como apoyo a la docencia". Esta es la principal conclusión de una investigación realizada por la Universidad de Navarra para conocer el impacto de la crisis del covid-19 en la educación superior.

Un total de 2.113 personas, entre profesores y estudiantes del centro académico, han participado en una encuesta para obtener información sobre la experiencia de estos meses e identificar áreas de mejora. El estudio ha sido realizado por el Centro de Gobierno y Reputación de Universidades, en coordinación con los Vicerrectorados de Alumnos y Ordenación Académica y el Instituto de Ciencia de los Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad de Navarra, informó el centro académico.

En concreto, transcurridos dos meses de docencia no presencial y un mes adicional de exámenes, el balance de los profesores y alumnos de la Universidad coincide y es "moderadamente positivo". Así, el 82,8% de los estudiantes se declara satisfecho con la docencia recibida, mientras que en el profesorado se sitúa en el 89,3%. El estudio recoge los problemas más frecuentes que profesorado y alumnado han encontrado estos meses y aprendizajes para el próximo curso. "Hemos aprendido que los alumnos necesitan sentir que el profesor es cercano y atento a sus dificultades personales y de aprendizaje. El compromiso del profesor genera la confianza del alumno", indicó Tomás Gómez-Acebo, vicerrector de Alumnos.

Por su parte, Rafael María Pérez Araluce, delegado de alumnos, comentó que "esta crisis nos ha reafirmado que es importante que la Universidad acompañe siempre a los alumnos en el proceso de aprendizaje y los involucre con sus opiniones en la mejora de la experiencia universitaria".

La Universidad de Navarra ha organizado un curso de formación en nuevas metodologías docentes, en el que participan durante tres semanas más de 730 profesores y profesionales de apoyo a la docencia. El curso estará disponible como título propio de la Universidad, en abierto y gratuito, para cualquier profesor de habla hispana. "Pensamos que puede ser una ayuda eficaz en este momento en que muchos académicos demandan recursos formativos", indicó Pablo Sánchez-Ostiz, vicerrector de Ordenación Académica.

Mayor dedicación. Mayor dedicación y dificultades para la conciliación familiar.

Dificultad en la coordinación. Mayor complejidad de la coordinación con otros profesores en la planificación del trabajo.

Medios insuficientes. Medios técnicos y didácticos insuficientes para llevar a cabo una docencia no presencial.

Adaptación al entorno. Problemas para la adaptación personal a un entorno no presencial.

Medios insuficientes. Serios obstáculos para investigar.

Exámenes más complicados. Exámenes no presenciales más complicados y con muchas trabas.

Más carga de trabajo. Carga de trabajo desproporcionada en algunas asignaturas.

Ausencia de clases. Ausencia de clases no presenciales en algunas asignaturas.

Falta de planificación. Falta de planificación de los formatos de las clases y de los exámenes.

Dificultad para seguir las clases. Dificultades para seguir las clases desde casa y estudiar por falta de medios técnicos o por problemas de concentración.

Más formación y herramientas. Impulsar la formación de los profesores sobre metodologías y uso de herramientas docentes.

Adecuar el equipamiento tecnológico. Adecuado equipamiento tecnológico de los espacios (aulas y despachos) para una docencia no presencial.

Mejorar la coordinación del profesorado. Mejorar la coordinación entre los profesores del centro y del grado.

Personalización del alumnado. Fortalecer la docencia personalizada con el uso de las actuales herramientas de asesoramiento y cuidando la integración del alumno en el campus.

Repensar la docencia. Repensar en profundidad la docencia en todas sus dimensiones y posibilidades.

Acortar la duración de las clases. Clases más cortas y dinámicas para facilitar la atención.

Mayor participación del alumno. Fomentar la participación del alumno en las clases.

Grabar las clases. Que se graben las clases después de esta situación para facilitar el estudio.

Mejor coordinación entre asignaturas. Mejorar la coordinación entre asignaturas.

Mayor dedicación. Indicaciones claras sobre cómo afrontar la docencia no presencial.