Criarse en una familia rica multiplica casi por tres la probabilidad de disfrutar de rentas altas durante la edad adulta, según los datos recogidos en el Atlas de Oportunidades con información de 1,6 millones de españoles nacidos entre los años 1984 y 1990.La plataforma Oportunidades, impulsada por la Fundación Felipe González y la Fundación Cotec y presentada este miércoles, analiza los factores que condicionan la movilidad social en España, a partir de las distintas variables de las que depende el bienestar de los hijos, como son el barrio, la renta familiar o incluso el género.

Para las conclusiones, se han tenido en cuenta datos proporcionados por la Agencia Estatal de Administración Tributaria de 1,6 millones de personas nacidas entre los años 1984 y 1990, analizando la renta de sus padres en 1988 y contrastándola con la situación económica de esas mismas personas en el año 2016, es decir, unos 20 años después. Se trata, por tanto, de adultos de entre 26 y 32 años.

Del cruce de estos datos se desprende que los hijos de familias pobres tienen rentas más bajas cuando crecen y, de media, las personas procedentes de las familias más pobres (por debajo del percentil 20) crecen para tener rentas alrededor del percentil 40.

En cambio, los hijos de las familias ricas (por encima del percentil 80) tienen en general rentas por encima del 60.

Kiko Llaneras, uno de los autores del proyecto, ha explicado que según estos datos las familias más pobres no parecen atrapadas en esta situación, ya que los hijos de estas familias están de promedio en el percentil 42, pero no más abajo que eso.

Sin embargo, ha advertido de que sólo se han analizado los datos de los hogares que hacen la declaración de la renta, por lo que es posible que las familias más pobres se hayan quedado fuera de la muestra.

Otra de la conclusiones que arroja este Atlas es que los hijos varones tienen rentas individuales más altas que las hijas (al menos en la franja de edad de entre 26 y 32 años). Los hijos de una familia de renta mediana están en el percentil 56 mientras que las hijas están en el 44.

Unas diferencias que se reducen en las rentas más altas, donde esa brecha de género desaparece en parte por la renta patrimonial o las herencias que son iguales para hijos e hijas.

En euros, las rentas de los hijos de hogares pobres se situarían en los 14.000 euros, los de hogares en la media rondan los 16.000, los de familias de renta media-alta ingresaron unos 18.000, los del 10 % más rico en torno a 20.000 y los hijos del 1 % rico ingresa una media de 32.000 euros a los 31 años.

Así, el 33 % de las personas nacidas en hogares acomodados mantiene esa misma posición social en el futuro, mientras que sólo un 12 % de los procedentes de familias humildes consigue ascender al quintil con mayor renta.

Este proyecto analiza también la movilidad social por código postal y señala algunos municipios en los que se criaron niños de familias pobres que han podido progresar económicamente.

Es el caso de los municipios alrededor de Madrid y Barcelona como Coslada, Getafe, Fuenlabrada, Leganés, Alcalá de Henares, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Móstoles, L'Hospitalet de Llobregat, Sabadell, Badalona, Terrassa y Tarragona.

Se trata de familias que emigraron a esas zonas pensando en dar una oportunidad a sus hijos y, efectivamente, estos consiguieron mejorar económicamente.

Entre las ciudades en las que se registró esa movilidad social destacan también Barcelona, Lleida, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Palma y Madrid.