an pasado cuatro meses desde que Antonio Clavería, de 37 años, entró en el Complejo Hospitalario de Navarra tras complicarse sus síntomas de la covid-19. Fue el 23 de marzo, sobre las cuatro de la madrugada cuando acudió a Urgencias con problemas respiratorios. "Ya no podía hablar porque se ahogaba y justo entró en el hospital y nos comentaron que ya lo llevaban al quirófano para poder intubarlo porque ya no podía respirar", relató su hermano José. Finalmente, tras 133 días, ayer volvió a su casa en el barrio pamplonés de Etxabakoitz y recibió una cálida bienvenida de familiares y vecinos. Atrás quedan 133 días de lucha, 96 de ellos en la UCI. De camino ha vuelto a nacer y ha pasado por un proceso duro en el que prácticamente ha tenido que aprender otra vez a andar y a hablar, y también ha perdido 44 kilos.

Lo más duro para ellos fue el no poder visitarle los primeros meses. "Tenía las visitas restringidas, y no podíamos verle de ninguna manera", expresó su hermano. Las noticias llegaban a cuentagotas, en forma de una llamada cada 24 horas. "Nos hacían una llamada al día para informarnos sobre su estado de salud", añadió. Finalmente en junio pudieron visitarlo, eso sí, con bata, mascarilla y guantes, "camuflados", según expresó José. En pocas palabras, se tomaron todas las prevenciones para poder entrar a verle de uno en uno. "Eran visitas de media hora o cuarenta minutos y una vez al día", sentenció.

Clavería no contaba con ninguna patología respiratoria o vascular previa. A pesar de ello, según explicaron los familiares, fue una de las personas más afectadas en el ámbito familiar, que contó con varios positivos más. Fueron estos problemas respiratorios los que determinaron su ingreso en la UCI. Para hacer frente a ello, Antonio fue sometido a una traqueotomía y hasta hace muy pocos días ha tenido que estar conectado a un respirador.

Por otro lado, según explicó su hermano hasta hace quince días, necesitó ayuda para alimentarse. El hecho de permanecer encamado durante más de cien días, también ha deteriorado su masa muscular. "Con la rehabilitación que estaba recibiendo en el hospital habrá recuperado aproximadamente el 40-45% de la movilidad", aclaró. El resto lo irá recobrando con "un fisioterapeuta que va a venir a casa y vamos a ir al hospital también".

Los familiares y vecinos de Antonio recibieron con mucha ilusión la noticia de su alta y organizaron ayer por la tarde una cálida bienvenida. Prepararon carteles de ánimo, y confetis. Al bajar de la ambulancia, visiblemente emocionado por el cariño de los suyos, Clavería recibió un detalle muy especial. Un mural compuesto por fotos de su familia y el cariñoso afecto de sus cuatro hijos.

Antonio fue sometido a una traqueotomía y hasta hace muy pocos días ha tenido que estar conectado a un respirador