- Uno de cada cuatro niños padece síntomas depresivos y de ansiedad debido al confinamiento por la covid-19, alertó la doctora Abigail Huertas Patón, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, durante una conferencia en la XIX Reunión de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría, que se celebró de forma telemática congregando a entre 80-90 profesionales y en la que analizaron el impacto de la pandemia en la salud mental.

“Las circunstancias excepcionales que estamos viviendo están provocando consecuencias emocionales extraordinarias en la población infantil que en otro contexto podrían ser signos de una patología de la salud mental y son una respuesta al sufrimiento de este tiempo que tenemos. Hay que vigilar muy bien a estos niños y niñas para que estos síntomas no se alarguen en el tiempo y no desemboquen en problemas mayores”, afirmó.

Para ello, la doctora sostuvo que “hay que entender qué es lo que está ocurriendo y mantener la calma para pedir ayuda cuando nos parecen que son síntomas que no mejoran con el tiempo y que pueden ser patológicos”. En este sentido, consideró bueno “ayudar a los niños a expresar qué es lo que están viviendo, contar lo que han vivido y ayudar a exteriorizar. La familia puede favorecer las conversaciones familiares y la expresión de emociones a través del juego y del dibujo cuando son muy pequeños”. Además, destacó la importancia de que “los padres y madres estén tranquilos si un niño les expresa y verbaliza un malestar, porque si los pequeños aprecian que se ponen nerviosos no verbalizarán ni contarán qué les sucede”.

Durante la conferencia Salud Mental en Niños y Adolescentes, la psiquiatra aseguró que los profesionales de la salud mental ya estaban “preocupados” por la “deficitaria atención de la salud mental de los niños y adolescentes antes de la pandemia en España y en el mundo, dado que la salud mental infanto-juvenil en España (y Bulgaria) no es una especialidad reconocida como en el resto de Europa”.

“En cuanto se declaró el estado de alarma y se limitó que los niños socializaran, los profesionales de la salud mental nos preocupamos por saber qué efectos podría tener en esta población. Entre otras cosas, porque los niños no se van a desplazar a un centro sanitario a pedir ayuda y es difícil saber qué le pasa”, explicó. En este sentido, advirtió de que “poco a poco empieza a haber evidencia científica de cómo la pandemia ha afectado a la salud mental y se empiezan a constatar consecuencias en la salud mental de los niños y adolescentes”.

Así, “llama la atención del informe de Unicef España que uno de cada cuatro niños que ha sufrido aislamiento por la covid-19 presente síntomas depresivos y de ansiedad, pero es una realidad porque a los más pequeños también les afecta esta situación de incertidumbre”, describió Huertas, que instó a vigilarles. La experta también subrayó la importancia de tratar también aquellos síntomas que aparecen ligados a la covid-19 como la pérdida de familiares, crisis económica, miedo a enfermar, miedo a la muerte, miedo al futuro porque muchos adolescentes han visto truncados sus estudios o su deporte.

Por otro lado, explicó que también se ha visto resentida la salud infanto-juvenil sobre todo en las familias que tienen problemas socioeconómicos o han tenido alguna pérdida de algún familiar, niños con TDHA o con trastorno de conducta. “Tampoco ha ayudado a la salud mental de muchos niños -con o sin patología previa- estar en casa sin ejercicio físico que lleva a dormir peor y coger más peso, o la falta de rutina y horarios”, añadió.

Por último, la especialista afirmó que hay que estar alerta al sufrimiento emocional de los niños y adolescentes y darles herramientas para afrontar las dificultades provocadas por la pandemia. Entre ellas, citó la respiración o la relajación, además de contar con “suficiente vocabulario para poder identificar las emociones que están viviendo”. “Los profesionales prevemos un aumento de consultas por ansiedad y bajo estado de ánimo y estamos desarrollando nuevas formas de llegar a los pacientes y sus familias, como son las nuevas tecnologías”, concluyó.

Por otro lado, preguntada por si han aumentado los problemas de salud mental por la pandemia, la doctora Ana González-Pinto, jefa del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Álava, afirmó que “las encuestas encuentran un aumento de síntomas de ansiedad y depresión especialmente en colectivos vulnerables”. Añadió, al respecto, que el miedo al contagio “en un primer momento generó un retraimiento en la búsqueda de ayuda”, si bien después “se ha normalizado el número de consultas y se prevé un aumento futuro por la situación económica”.

“Hay que vigilar muy bien a estos niños y niñas para que estos síntomas no se alarguen en el tiempo”

Hospital Gregorio Marañón