En estos días grises, marcados por el mal tiempo y la pandemia, se agradece más que nunca un poco de color. Así se pudo ver este martes por la tarde el arco iris tras una vuelta de lluvia, con toda su fuerza acompañando al colorido de las casas de la plaza del Castillo, el corazón de Pamplona, que ayer ralentizó su ritmo con la entrada en vigor de las restricciones para tratar de frenar la expansión del coronavirus en Navarra.