- Hasta el último momento no sabíamos si íbamos a poder ir a Lituania y ni siquiera a dos semanas de la fecha de vuelo teníamos la certeza de poder llevar a cabo el Erasmus. Una experiencia que empezó, por fuerza mayor, 14 días antes de lo previsto para poder realizar la cuarentena que imponía Lituania a todos los viajeros, en una habitación de hotel individual, solos, gestionada en mi caso por la Universidad de Vilna.

Estando en aislamiento la universidad nos comunicó que las clases de la Facultad de Comunicación se llevarían a cabo de manera on line. En un principio fue bastante frustrante, pero como todo fue cuestión de adaptarse y además muchos de los profesores no podían dar clases presenciales ya que no pueden llegar desde sus ciudades de origen. Eso sí, tenemos más tiempo libre y no tardamos en aprovecharlo. A pesar de tener clases online, estamos haciendo visitas a museos con varias asignaturas y se espera poder tener las clases de manera presencial al final del semestre o a principios del siguiente.

En mi caso, estudio 3º de Periodismo en la UPV y he venido para todo el año, así que todavía tengo esperanzas de poder tener clases presenciales en la Facultad de Comunicación en algún momento del curso. Aun así, algunas facultades y otras universidades están teniendo clases de manera presencial o de ambas formas, ya que es una decisión que toma cada centro y que se decide teniendo en cuenta el tipo de prácticas de cada carrera.

La vida que hacemos los estudiantes aquí es una vida normal, teniendo en cuenta que la normalidad ya no es la misma. A veces se te olvida que sigues en medio de una pandemia, ya que la mascarilla solo es obligatoria en el transporte y para entrar a un sitio cerrado, como por ejemplo al supermercado. Parece que a Lituania todavía no ha llegado la forma correcta de ponerse la mascarilla y la mitad llevan la nariz fuera o no la llevan. Cuando nos bajamos del avión nosotras nos quitamos la mascarilla, porque tampoco sabíamos si era obligatoria en la calle, pero ni siquiera el taxista que nos llevó al hotel tenía mascarilla.

En la residencia de estudiantes seguimos compartiendo cocina, baños y zonas comunes entre los estudiantes, sin más medidas que la de tener cuidado. Aun así, es una constante incertidumbre y tenemos que mirar cada semana las actualizaciones del gobierno, ya que todo cambia constantemente y el gobierno lituano toma medidas bastante rápido para controlar la situación. Los positivos aumentan y la situación ha empeorado desde septiembre, aunque sigue controlada y no es comparable con Navarra. Es más, en toda Lituania el máximo de casos en un día es entorno a los 400, pero ya han empezado las restricciones. Limitaciones horarias para el ocio nocturno, los restaurantes y los pubs. A partir del lunes 26, los locales tendrán que cerrar a las 12 de la noche, hasta que la situación se controle y el número de casos positivos por covid se reduzcan. No sabíamos cuánto nos iba a durar, pero como decimos entre las amigas, fue bonito mientras duró y hemos podido aprovechar del ocio con precaución.

De momento, volver en Navidad es una idea que la mayoría de estudiantes Erasmus que estamos aquí ni nos planteamos. Supondría otra vez una prueba PCR y a la vuelta 14 días de cuarentena, que tendríamos que gestionar por nuestra cuenta. Cuando vinimos el 31 de agosto, los requisitos para entrar al país ya eran complicados, pero según se actualiza la lista de países que no tienen permitido entrar a Lituania o los que tienen que hacer cuarentena a la llegada, vemos más lejos el poder celebrar las navidades en casa. Como toda la experiencia Erasmus, hay que intentar aprovechar y disfrutar mientras podamos, sobre todo viendo la situación complicada que hay en Navarra.

No es un Erasmus al uso, sobre todo porque no se puede viajar libremente por Europa y hay que estar pendientes de las cuarentenas y restricciones, pero nos adaptamos y buscamos alternativas y planes diferentes. Veníamos ya mentalizados de no poder viajar así que cualquier viaje por poco que sea nos parece un buen plan. Nadie sabía cómo iba a ser esta experiencia y ni siquiera sabemos cómo será a partir de ahora pero nos alegramos de haber elegido un destino poco al uso. La capital Lituana es un destino poco frecuente, pero no ha podido ser mejor elección.