n Esparza de Salazar llevaban desde ayer tres días acumulados nevando, y la alcaldesa, Itziar Senberoiz, cuenta que los problemas por las nevadas los tienen en el interior del pueblo, ya que en el exterior pasa el quitanieves cada media hora. En Esparza, aunque hay censadas 74 habitantes, normalmente viven 45, mayoritariamente gente mayor, sin embargo la alcaldesa afirma que este puente han acudido muchas personas para realizar turismo.

“Se agradece tanta gente, además ha venido bastante gente joven, que ha estado ayudando con las palas para quitar la nieve del puente, la plaza y los accesos”, explica. Los visitantes, afirma, son hijos e hijas de gente que desciende del pueblo y que suele ir al mismo para descansar de la ciudad.

Sin embargo, no todo lo que trae la nieve son cosas buenas, ya que al interior de la villa solo se podía acceder en todoterreno, debido a que tiene muchas cuestas, y los coches son incapaces de subirlas con la nieve. “Tenían que aparcar el coche antes de entrar, y con la nieve acumulada no había mucho sitio, por lo que se ha formado un barullo”, subraya.

Dentro del pueblo, Senberoiz cuenta que aunque traten de quitar la nieve con palas, es imposible hacerlo del todo, porque el suelo está empedrado. “Los vecinos hacen lo que pueden, como un chico que tiene una máquina quitanieves casera, con la cual quita bastante nieve, que expulsa a un lado a través de un tubo”, relata.

“Hace una labor muy buena”, afirma Jesús Esarte, “Luego terminamos de limpiar lo que él no puede”. Esarte es vecino del pueblo de toda la vida, tiene 63 años y trabaja como guardia de medioambiente. “Cuando hay cosas de auzolan la gente responde muy bien y sale a limpiar, hay bastante tradición”, remarca.

Esarte es el encargado de la estación meteorológica del pueblo, y recuerda que la última gran nevada fue en febrero de 2015, donde llegaron a tener 60 centímetros de nieve dentro del municipio, durante 15 días seguidos. Él recuerda que cuando era crio los inviernos podían ser duros, ya que no había servicio de quitanieves en las carreteras. “Teníamos una línea de alta tensión que venía desde Burguete y estaba obsoleta, por lo que cuando había fuertes nevadas se partían los cables y nos quedábamos sin luz eléctrica”. Recuerda que los frigoríficos dejaban de funcionar, y las furgonetas de abastecimientos tampoco podían llegar.

Él también ha notado que ha habido más visitantes estos días, y detalla que incluso su familia se ha trasladado para ver la nieve. “Habitualmente no nieva mucho, así que cuando hay una nevada un poco más excepcional, la gente viene porque le gusta verla”, señala.

Ayer a la tarde, sin embargo, todos los visitantes de Esparza se habían marchado, puesto que tenían que volver a Pamplona a trabajar, por lo que ahora afirma, habrá menos manos para ayudar a despejar sus blancas calles.

“El martes ha sido como un domingo, porque la gente se ha vuelto en estampida a Pamplona”

Alcaldesa de Esparza

“Cuando era un crío para venir de Pamplona hacían falta cadenas, ahora está todo limpio”

Guarda de medio ambiente