- Han pasado ya dos años desde que Sergio Calderón Saraguro, ecuatoriano de 23 años, viajó a su país por última vez para reencontrarse con parte de su familia que dejó allá hace diez años. Sin embargo, lo que más apena al joven es el hecho de no haber podido disfrutar de las navidades con la familia al completo desde 2010, año en el que llegó a Navarra. Antes de que la pandemia llegara como un huracán a la Comunidad Foral, Calderón, que trabaja en un piso tutelado, comenzó a planear las vacaciones de Navidad con toda la antelación posible para que no hubiera ningún improvisto. "Las veces que he ido a Ecuador ha sido en verano, que es cuando tenía más tiempo libre al coincidir con las vacaciones del colegio. En navidades no tenía más que dos semanas y, al tratarse de una distancia tan larga, no merecía la pena", explicó el joven. No obstante, este año había conseguido liberar su calendario laboral desde el 15 de diciembre y el 15 de enero, ocasión que pensaba aprovechar para reencontrarse con su familia.

Pese haber sufrido el disgusto de tener que aplazar sus planes por la situación de incertidumbre que viven tanto el Estado español como Educador, Calderón, que viajaba con su madre y su tía, no tuvo que lamentar pérdidas económicas al no haber comprado los billetes antes de que se decretara el estado de alarma en marzo. "Creímos que podríamos cogerlo más adelante, pero la situación no ha mejorado lo suficiente. Mi familia de Ecuador creyó que lo mejor iba a ser aplazar el viaje para no contagiar a mi abuelito, que es una persona de riesgo y era el principal motivo de nuestra visita", lamentó. Comprometidos con la prudencia, el joven pasará las fiestas en compañía de su madre y su tía a la espera de poder despegar.

"Creímos que podríamos coger el viaje más adelante, pero la situación no ha mejorado lo suficiente"

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