Decenas de negocios sufren las medidas impuestas por el Gobierno en el sector hostelero tras no permitirles abrir desde el 13 de octubre. Muchos de ellos, principalmente los que tienen instalada una terraza al aire libre, pudieron empezar a respirar debido a que el 26 de noviembre se les permitió abrir puertas para afuera, pero hay otros no tuvieron la misma suerte. Aquellos que no poseen de espacios al aire libre para su clientela seguían cerrados hasta el pasado jueves, cuando se les permitió un 30% de aforo en el interior. Pero aun quedan unos cuantos locales a expensas de una futura reapertura completa de la hostelería.

Dos ejemplos son La basílica de Yul y La BoutiqueLa basílica de Yul y La Boutique, dos bares de copas que siguen esperando esa llamada. Entre la gran variedad de consumiciones que dispone, lo que caracteriza a ambos es la posibilidad de poder fumar dentro del propio establecimiento Hookah, o conocido nacionalmente como cachimba. Se trata de un producto de fuerte impacto y que a día de hoy se había convertido en una de las opciones distintas para disfrutar del ocio nocturno.

La “nueva” Basílica de Yul se inauguró en Pamplona (calle Tafalla 38) en 2014 y desde entonces, junto a La Boutique, han tenido un crecimiento exponencial en cuanto a popularidad. “Partimos de la base de que el local disponía de todas las posibilidades para crear un bar de estas magnitudes. Mejoramos lo que había y le dimos una vuelta a la carta después de hacer viajes al sur de la península y de aprender de lo que vimos en otras ciudades. Así, pensamos que disponer de cachimbas para clientes de hostelería, podía ser una alternativa. Somos pioneros de este mercado en Pamplona”, declaró Gardasz, dueño de la Basílica de Yul.

Desde que comenzó la pandemia, todo se torció. No solo tenían que hacer frente a las restricciones principales de la hostelería sino que, al poder fumar en su interior, tuvieron que prohibirlas hasta que se declaró el cierre de este tipo de establecimientos. Gardasz opina que “tenemos instalaciones adecuadas para combatir la covid. Durante estos años hemos ido renovando el local y poseemos un ventilador de escape que con solo pulsar un botón te limpia el habitáculo”, explica. El propio establecimiento cuenta actualmente con 166 plazas sentadas, pero desde el pasado jueves, tras la reducción de aforo al 30%, únicamente estarían disponibles 50 de ellas. “Se respetan las distancias, tenemos un lugar amplio, cualquier tetería querría tener tantas plazas para acoger gente”, explica el dueño.

La Basílica de Yul es considerado como un local de prefiesta. Un negocio que también se ha visto obligado a acortar sus horas de apertura. “El mayor problema es la restricción del horario. Somos un local que suele recibir al consumidor después de cenar. El tardeo en el norte nos va a costar muchísimo.”

“Si nos obligan a cerrar durante un año, no me importa, pero no puede ser que cada cierto tiempo se cambien las medidas y protocolos sin recibir ninguna ayuda. La verdad que es muy duro”, declaró el dueño.

Ante estas estrictas medidas y sin apenas luz en el horizonte, Marcelo creó un nuevo negocio de venta y recepción en casa: “Me he visto obligado a crear alternativas”. La Basílica de Yul ofrece un servicio a domicilio de cachimbas. “ShishasGo te brinda poder pedir a domicilio una cachimba. Nosotros te la preparamos, la fumas, y al día siguiente vamos a por ella”, desglosa.

El pasado jueves, solo abrió el Bar Boutique al 30% de 16 a 22 horas pero sin posibilidad de consumir cachimba, por lo que La Basílica de Yul sigue a la espera de abrir sus puertas.

“Tenemos las instalaciones adecuadas para combatir la covid. El local posee un ventilador de escape”

“No me importa cerrar un año si así lo indican, pero con ayudas para la supervivencia de la hostelería”