Cientos de kilómetros sobre ruedas alrededor de toda Europa como forma de vida. Una cultura que asumen miles de camioneros, no solo por trabajo, sino como una forma de vivir. Muchos son los que se suben en la cabina de conducción y ven las cosas de diferente manera. "Apenas dos metros nos separan del asfalto a 100 kilómetros por hora", explica el transportista y distribuidor inmobiliario nacional, Rubén Garcés.

En la estación de Cepsa de Inmárcoain, se encontraban esta tarde decenas de camioneros descansando y poniendo a punto su camión para volver cuanto antes a la carretera. La muerte en Zuasti de uno de ellos, atrapado en su cabina entre llamas protagonizaba las conversaciones de los chóferes. Entre ellos, se encontraba el portugués Joao Bento de 44 años, que estaba ultimando los últimos detalles de su camión para su regreso a Dortmund (Alemania) tras conducir cinco días en el estado español. "Cargamos por toda España, de norte a sur, así como distribuimos cuando venimos. Mañana pongo rumbo a Oviedo y tras cargar vuelvo a Alemania", explica Bento.

Y así es como el camionero se gana la vida, viviendo en el camión día y noche, haciendo de su cabina un "hogar cómodo, acogible y, por supuesto, seguro para recorrer Europa. Las cabinas, ajenas a lo que es la mercancia, poseen una infraestructura de lo más segura, evitando asícualquier peligro para el conductor. "Nunca he tenido problemas en la cabina, y menos para dormir, pero para ello tienes que tener cuidado el camión y, por supuesto, revisar el motor periódicamente", añade.

Cerca de él, se encontraba limpiando el frontal del camión el joven ucraniano Leonid Lampika, que transporta en su camión todo tipo de frutas y verduras hacia Rusia. "Llevo más de cinco años como camionero recorriendo occidente de norte a sur para transportar lo que se necesite de un lugar a otro. Es un trabajo solitario ya que no puedes establecerte más de dos días en el mismo lugar", explica Lampika. Y es que el joven, a pesar de llevar una vida solitaria, sabe como llenar ese hueco dentro del camión. "Me gusta pasar horas en la cabina ya que tengo todo lo necesario para vivir como en casa. Detrás del asiento del conductor tengo la cama, un microondas y una televisión. Lo ideal para disfrutar de una tarde de descanso", señala.

Los camioneros deben descansar, algo básico para su seguridad y la de todos, por lo que la ley les obliga a regular esto. Cada conductor puede realizar un máximo de 56 horas semanales, todo ello regulado con el tacómetro, pero si en la cabina hay dos pasajeros, pueden duplicar el límite. Así es el caso de la dupla Vitaly Zhykalo y Bogdan Popa, que viajan desde Alemania al Estado español transportando productos congelados. "Es mejor trabajar una sola persona que dos porque estamos muchas horas en la carretera", explica Vitaly. Y es que en ocasiones, dependiendo del producto que transportan, están obligados a entregar el pedido en menos de dos días. "Entre los dos podemos llegar a recorrernos media europa en menos de dos días. Mientras uno duerme, el otro compañero conduce, llegando a hacer en carretera más de 20.000 kilómetros mensuales", concluye. Viajar uno sólo permite mayor comodidad para desplazarse y vivir dentro de la cabina, si bien que sean dos es más seguro a la hora de repartir las horas invertidas de trabajo.

Kilómetros y kilómetros separan a estos camioneros de un destino a otro, un recorrido que hacen solos, pero que llenan muchas despensas, tiendas, almacenes, etc. facilitando una vida más completa, y por supuesto, más plena.