- Un proyecto laboral fue el motivo por el que el director de Arena Comunicación, Migueltxo Molina conoció a David Beriáin, pero pronto se forjó una amistad. "Hace casi ya 6 años que apareció en nuestra oficina con el objetivo de buscar colaboración y equipo para comenzar el proyecto que tenía en mente. Yo no sabía quién era", relata.

En un primer momento, comenzaron a trabajar con el documental Yasuni, genocidio en la selva y después con Amazonas Clandestino. "Conectamos muy bien y empezamos a colaborar", destaca. Estuvieron trabajando codo con codo en esa producción que "se alargó un poco en el tiempo y estuvimos rodando en el Amazonas, en Ecuador, en Colombia".

Sobre esta experiencia, reconoce que "ha sido una gozada trabajar con él". Sobre su labor destaca que "era un periodista que buscaba contar las cosas lo más cerca posible de las fuentes y de la realidad, dando voz a los que no la tienen y revelando cosas que no se saben porque no interesan o que son difíciles de contar".

Sobre los peligros que corrí a la hora de desarrollar su trabajo indica que "es innegable que se ha metido en la boca del lobo mil veces". Pero según puntualiza, era una de las cosas propias de Beriáin, "le salía de repente es impulso de me tengo que ir para allá".

En esta línea recuerda que las últimas veces que hablaron fue para "ir con él a rodar una cosa al Congo y en el último momento se adelantó, porque era un tipo que siempre iba a allanar el camino, a ver si las cosas estaban bien, si eran seguro y si se podía seguir hacia adelante".

"Él mismo dijo muchas veces que él tenía miedo y que pasaba miedo en todas estas cosas". A pesar de ello, subraya que "siempre se ha preocupado de que todo su equipo y toda su gente tuviera la máxima seguridad. Siempre había un dispositivo que te podía sacar del lugar en situaciones complicadas".

En lugares tan complicados, lamenta que "nunca es posible tenerlo todo controlado y a veces pasan estas cosas". "Es una pena perder a una persona tan alucinante y tan impresionante", destaca. Porque además, "era un tipo excepcional, ya no sólo como periodista y como profesional, sino como persona".