Los sindicatos LAB, UGT y ELA advirtieron ayer de que “la decisión de imponer la jornada continua en todos los centros escolares” tiene “unos efectos directos muy graves en las trabajadoras de los comedores escolares” ya que supondría “pérdida de empleo y empeoramiento de las condiciones laborales en el sector”. Trabajadoras de los comedores escolares se concentraron frente a la sede de Educación para mostrar su rechazo a la implantación de la jornada continua en todos los centros educativos “con la excusa del covid-19”, y reivindicaron volver a los horarios previos a la pandemia.

En un comunicado, LAB, UGT y ELA criticaron que “a falta de un mes de que acabe el curso, cientos de trabajadoras de comedores escolares aún no saben si el curso que viene tendrán trabajo”, y creen que “habiendo acabado el estado de alarma, la jornada continua impuesta debe dejar de existir”. En su opinión, la decisión de imponer la jornada continua en todos los centros, “además de no aportar nada a la situación actual de emergencia sanitaria, tiene unos efectos directos muy graves en las trabajadoras de los comedores escolares”. “La desaparición de cientos de puestos de trabajo y los recortes en las jornadas laborales son una situación que no podría ser soportada otro curso más”, remaracaron. Y es que, según indicaron, casi la mitad de las trabajadoras de este sector, ya de por sí castigado por tener unas jornadas laborales parciales muy pequeñas, lo que conlleva a unos salarios de miseria, llevan de ERTE desde marzo de 2020”. La mayoría “ya no tiene prestación por desempleo, y esta situación las pondría en un alto riesgo de exclusión y pobreza”.

Por eso, estos sindicatos exigieron a Educación y a las empresas del sector de colectividades, “responsabilidad a la hora de tomar decisiones”. “Es imprescindible que los centros con su comunidad educativa tengan autonomía para tomar sus decisiones para definir el modelo de jornada y comedor que quieren”, reivindicaron.