El consejero de Políticas Migratorias y Justicia, Eduardo Santos, destacó ayer en comisión parlamentaria “la generosidad, la valentía y el compromiso” demostrados por los 200 migrantes con titulaciones sanitarias que se ofrecieron a trabajar en el sector público en los peores momentos de la pandemia el pasado 2020. “Ojalá hubiéramos podido contratar a las 200 personas migrantes que se ofrecieron, o a 2.000, o a 20.000, porque hubiera demostrado el valor que tienen para esta sociedad”, declaró.

El consejero aseguró que el estallido de la pandemia fue “el momento en el que todos los recursos se ponen a disposición de la vida y de la salud de la ciudadanía”. En el Gobierno de Navarra, dijo, “teníamos dos opciones: hacer todo lo que estuviera en nuestras manos o no hacer nada, fiarlo todo al Gobierno central. Y decidimos hacer todo, todo lo posible”.

Por eso, agregó, “todo el Ejecutivo foral se convirtió en un gran Departamento de Salud”, mientras que “otros, la verdad, se dedicaban más a la crítica en las redes sociales que a construir”.

Santos recordó asimismo cómo el 15 de marzo de 2020, al día siguiente del comienzo del estado de alarma, se publicó la orden ministerial por la que se adoptaban medidas en materia de recursos humanos y medios para la gestión de la situación de crisis sanitaria. Entre estas medidas cabía la posibilidad de incorporación de profesionales sanitarios con títulos obtenidos en el extranjero.

El consejero explicó que el Departamento decidió “organizar esa opción, por si llegaba el caso” y, así, la Dirección General de Políticas Migratorias hizo un llamamiento a través de las asociaciones de personas migrantes y de las entidades que trabajan con ellas. En apenas cinco días, el 20 de marzo, 200 personas se habían puesto ya en contacto con la Dirección General ofreciéndose para trabajar en el ámbito sanitario o sociosanitario si es necesario.

Tras recibir las solicitudes, se procedió al cribado de los ofrecimientos y se descartaron algunos por ser personas en situación administrativa no regularizada, por tener currículos con formaciones no relacionadas con las Ciencias de la Salud o por duplicidades de personas que se ofrecieran a través de dos vías, como una asociación y, al mismo tiempo, el Departamento.

Con ese cribado, detalló Santos, quedaron 144 currículos que, en un momento dado, podían ser de interés, pero no fue necesario llamar a estas personas al no haberse agotado las bolsas de empleo disponibles.

En definitiva, resaltó, “el sistema público funcionó, dentro de la anormalidad, con cierta normalidad. Y eso es síntoma de buena gestión”.

“Ojalá hubieramos podido contratar a los 200 migrantes que se ofrecieron a trabajar”

Consejero Políticas Migratorias y Justicia