- Las defensas de los tres acusados del triple crimen de Cáseda quisieron exculpar ayer de responsabilidad a los hijos acusados y restaron credibilidad a Julián, el hijo y hermano de los fallecidos, que a su juicio actúa por “venganza”. La abogada María Lázaro, defensora del padre Juan Carlos Jiménez Jiménez, afirmó que este “no fue consciente de coger esas escopetas y de utilizarlas”. “Es el único autor de estas muertes”, aseveró. “Se ha pretendido acusar” a los hijos y “no se les puede acusar, ni siquiera deberían estar aquí porque no hay prueba de cargo para ello”. “Solo está la declaración del hijo y hermano de los fallecidos, quien además entra en serias contradicciones”, dijo. La defensa lamentó “la pérdida” e indicó que “entendemos el dolor” del hijo y hermano de los fallecidos. “Solo han podido escuchar a una persona dolida, enfadada, con ánimo de venganza, que quiere llevarse por delante a los acusados y también a su exmujer. Esta defensa le resta toda credibilidad”.

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La letrada apuntó que “no se discute” en este caso quién realizó los disparos pero “sí quien sacó el arma”. “Y señaló que las palabras “saca, saca” están fuera de contexto; puede perfectamente no referirse a la escopeta, y de hecho no se refiere a la escopeta”, detalló.

La letrada defendió la atenuante de arrebato en Juan Carlos padre porque sí existe un estímulo que lo justifique y relató así que “el matrimonio parecía que había terminado y Fermín -uno de los fallecidos, padre de las otras dos víctimas- permitió romper el acuerdo, había roto su palabra; estamos ante dos familias gitanas y quizás no podamos entender sus costumbres, su forma de pensar... y esa rotura es como una humillación para una familia gitana”. La defensa matizó que hubo “una ofuscación tenaz y continua sobre el padre, una sobrecarga, y al ver romper el acuerdo no pudo soportarlo, se produjo un nublamiento del conocimiento, no podía pensar, no era consciente de lo que estaba haciendo y con sus facultades afectadas, hizo lo que hizo”. “Hay que ponerse en la mentalidad de un gitano, de un padre de familia de etnia gitana, si no, no podemos entenderlo”, apuntó.

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Por su parte, Diego Sánchez Antuña, abogado defensor de Emilio Jiménez, relató que su representado “no tuvo ningún papel fundamental” en este caso, “no sabía que su padre iba a disparar”. “Nadie dice que Emilio hubiera participado, no hizo nada e imputarle tres asesinatos con este bagaje probatorio sería tener una idea retorcida de la Justicia”. El abogado recordó que se trata de una familia gitana y que los dos hijos acompañaron a Cáseda a su padre, quien “iba a por la hija”, porque “están acostumbrados a acompañarse a todos los sitios”. “¿De dónde sacan que van a pelearse?”, se ha preguntado, para señalar que “los primeros que intentan agredir son los fallecidos”.

Finalmente, el abogado de Juan Carlos Jiménez hijo aseveró que “no se ha demostrado” que los tres acusados fueran a Cáseda “con un propósito criminal” y defendió que “los tres dijeron que fueron a buscar a Amparo”. El abogado subrayó asimismo que “no hay el más mínimo indicio que de que la escopeta fue cargada el día de los hechos” y que las navajas y cuchillos “roñosos” del interior del vehículo eran “para la huerta”. “Ninguno cogió ningún cuchillo, ninguna navaja... ¿era un arsenal de adorno en el coche?”, dijo. Afirmó, además, que “se ha demostrado que Juan Carlos hijo no gritó en ningún momento dispara, dispara”. “Solo lo ha dicho Julián, y mucho después de los hechos”.

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