a justicia no gobernaba la mente de los elegidos a mediados del año 2021 y, en plena tormenta laboral, Eduardo Bayona recordaba que casi “uno de cada diez empleados de banca de antes de la pandemia ya no trabaja en una entidad financiera o va a dejar de hacerlo en los próximos meses como consecuencia del intenso ritmo de destrucción de puestos de trabajo que ha emprendido la banca española”. Lo hacía en Público el primer día de julio: “los bancos españoles se habrán deshecho en trece años (de 2008 a 2021) y dos crisis” de “114.229 trabajadores: dos de cada cinco, el 41,07 % de los que empleaba, ya no trabaja allí”.

Peliagudo. Como el devenir de la burbuja en la que flota con dificultad la inmensa mayoría de los ciudadanos, pues, ese mismo día y en las páginas de insurgente.org, responsables como los de LAB tomaban cartas en el asunto y consideraban que, para “garantizar pensiones dignas, hay que acabar con los salarios precarios, levantar los topes de cotización, dejar a un lado la apuesta por los sistemas de complemento de pensiones y garantizar que la financiación será suficiente”. Según ellos, lo que necesitamos “es adelantar la edad de jubilación y facilitar el acceso al empleo de la juventud. La prioridad debe ser repartir el trabajo y garantizar la vida digna y las medidas adoptadas deberían seguir ese camino. Por eso, LAB reivindica la jubilación a los 60 años”.

Por su parte, Víctor Martínez considera todo ello desde una perspectiva bien diferente y así consta en su optimista reportaje para El Mundo el dichoso 1 de julio: “Finalmente, la cifra de extinciones será de 6.452 salidas”. Pero es Fátima Martín quien nos saca de dudas. Viernes 2, rebelion.org: “La Unión Europea (UE) sigue dando alas a los buitres a la espera de que los préstamos dudosos se disparen a 1,4 billones de euros en 2022 por la pandemia de Covid-19. Este lunes, 28 de junio, ha hecho público un acuerdo provisional de venta de préstamos dudosos a terceros que facilita las ventas de préstamos en mora, incluso a través de las fronteras nacionales”.

Un momento, “¿Qué son los préstamos dudosos? Se considera que un préstamo es dudoso, también llamado Non-performing loan (NPL, por sus siglas en inglés), cuando existen señales de que no se podrá devolver o si han pasado más de 90 días sin que se hayan pagado las cuotas acordadas”, nos cuenta Fátima Martín. Además, Business Insider España ofrece, ya el viernes 9 de julio y según distintos medios, “Las 10 noticias más importantes del mundo ahora mismo”. Número 5: “Hacienda vigila con big data a 126 ricos que dicen vivir fuera de España”. Gracias “al big data, el organismo cuenta ahora con una herramienta ad hoc para cruzar cerca de 70 fuentes distintas de información y seleccionar a los contribuyentes con patrimonios relevantes que podrían estar defraudando al fisco”.

Según “la normativa española, es necesario vivir al menos la mitad del año (183 días) en el extranjero para ser considerado residente fiscal en el extranjero y no tener que pagar impuestos en España”, explica El País. Y, pese a todo ello, el domingo 11, otra noticia nos muestra, bien a las claras, el estado de indefensión del ciudadano medio contemporáneo: según Cinco Días y Agencia Servimedia, el Boletín Oficial del Estado (BOE) acababa de publicar “la ley por la que se establecen normas contra las prácticas de elusión fiscal que inciden directamente en el funcionamiento del mercado interior, de modificación de diversas normas tributarias y en materia de regulación del juego”. Es, pues, en pleno siglo XXI, exactamente el sábado 10 de julio, cuando “Entra en vigor la ley antifraude”.

Leyes básicas, beneficios mínimos, derechos elementales... ¡Hasta CCOO y UGT se habían “manifestado este miércoles frente a la sede del Banco de España para pedir la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) bajo el lema ahora sí toca”!, según Alba Asenjo el miércoles 14 en El Confidencial. Filosofía del mal menor: todo un síntoma del presente laboral y económico del hombre y la mujer del supuesto primer mundo, los y las que luchan por no perder la vida en manos de hordas homófobas a las puertas de una discoteca de moda.