a donado sangre en 197 ocasiones y para él no es ninguna obligación. Lo vive como "un día bueno, en el cual dices voy a volver a hacer algo que me gusta y que beneficia a alguien" porque "lo más importante", sostiene Juan Antonio Castro, de 61 años, es que con este gesto altruista "puedes salvar una vida o, al menos, aportar algo".

Vocal de la junta de Adona, Castro comenzó a donar aproximadamente en 1990. Por eso, cuando acude a las instalaciones del Banco de Sangre y Tejidos de Navarra en Pamplona siente como propia esa "pequeña gran familia". Destaca que los profesionales que ahí trabajan "te controlan la salud", pero al mismo tiempo confiesa que le fastidia cuando le dicen que no puede donar por alguna causa. A su juicio, "cada vez se vela más por cuidar al donante lo máximo posible" e indica que él hace "dos ciclos de donación de plasma y uno de sangre, y luego descanso dos meses seguidos".

En el primer ciclo de donación por aféresis coincidió el pasado lunes con el director del Banco de Sangre y Tejidos, José Antonio García Erce, con el presidente de Adona, Antón Zubasti, y con el donante Sergio Abisambra.

Zubasti, que tiene 54 años y dona desde los 18, reitera que "la sangre no la podemos fabricar en ningún laboratorio y es necesaria. Con la aféresis lo que hacemos es una extracción de los componentes que en ese momento sean más necesarios, plasma o plaquetas". Un proceso en el que no nota ninguna diferencia respecto a una donación convencional, salvo que dura más tiempo: una hora. "La sangre se va extrayendo en pequeñas cantidades, se centrifuga y el producto que no se va a utilizar retorna al flujo sanguíneo, con lo cual la afección al organismo es menor", explica Zubasti, con 158 donaciones a sus espaldas.

Como recuerda el presidente de Adona, "aunque sea verano, aunque haga calor, sigue habiendo gente con necesidad y es importantísimo no dejar" de donar. Por eso, pide que no se espere a recibir un mensaje de alerta para acudir. "Si nos lo mandan, vamos y ya está", pero conviene ir motu proprio "cada 3 ó 4 meses y, cuando pasemos por el banco, que preguntemos: ¿Soy candidato a la aféresis?". Y es que Zubasti aboga por "aumentar el número de donaciones de aféresis o específica", siempre, eso sí, manteniendo las que se hacen de sangre completa. Como concluye García Erce, que empezó a donar durante la carrera, "con 50 años me puse con la aféresis; nunca es tarde".

"Yo hago dos meses ciclos de plasma y uno de sangre y luego descanso dos meses"

Donante que lleva 197 donaciones

"Aunque sea verano y haga calor, sigue habiendo esa necesidad y es importante no dejarlo"

Presidente de Adona