Laura Luelmo, Diana Quer, Laura del Hoyo... son algunos de los casos de feminicidios que entrarían en la clasificación que el Ministerio de Igualdad ha elaborado para contabilizar, a partir de enero de 2022, los asesinatos de mujeres a manos de hombres que no son sus parejas ni expareja.

Igualdad quiere llevar la contabilidad de los feminicidios que se producen en el Estado y responder así a los mandatos internacionales de derechos humanos y, concretamente, al llamamiento de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, pero también para cumplir el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Por eso, y siguiendo la máxima de que "lo que no se nombra no existe", que con frecuencia repite la ministra Irene Montero, Igualdad defiende la creación de esta estadística oficial como herramienta para poder implementar políticas públicas "precisas".

Como hilo conductor que permitirá discriminar éstos de otros tipos de crímenes, está la definición que Igualdad hace de feminicidio: "asesinatos de mujeres motivados por la discriminación histórica, la misoginia estructural de género y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres".

Se distinguirán cinco clases de feminicidios: en la pareja o expareja, familiares, sexuales, sociales y vicarios.

Casos tan conocidos como los asesinatos de Laura Luelmo o Diana Quer entrarían a formar parte de esta estadística que, en 2021 sumaría 76 feminicidios si se tienen en cuenta las cifras de la plataforma 'feminicidio.net' (que incluye también asesinatos por robo y por violencia económica), cuya directora Graciela Atencio, ha colaborado con el Ministerio para la elaboración de las categorías.

FEMINICIDIO EN LA PAREJA O EXPAREJA

En este apartado entrarían los casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, y se mantendría la estadística ya existente de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género que suma 42 mujeres asesinadas en lo que va de año y 1.124 desde 2003.

En esta clasificación entrarían el asesinato a manos de su expareja de una mujer de 40 años en el municipio cántabro de Liaño (el asesino mató también a la hija de ambos, de 11 meses) o el de una mujer de 35 años en Torrevieja (Alicante), los últimos registrados este 2021.

FEMINICIDIO FAMILIAR

Entendido como el asesinato de una mujer por hombres de su entorno familiar, Igualdad hace una subdivisión e incluye en esta categoría el feminicidio por crimen de honor: el asesinato de una mujer por parte de un hombre de su familia, debido a la creencia de que la víctima habría causado desprestigio a la misma.

La web feminicidios.net contabiliza 12 en lo que va de año.

El conocido caso del 'caníbal de Ventas', que mató, descuartizó y se comió parte del cuerpo de su madre tras una discusión en la casa de la víctima en 2019 estaría contemplado como feminicidio familiar.

FEMINICIDIO SEXUAL

Dentro de este apartado, Igualdad contabilizará los asesinatos de mujeres sin relación de pareja ni familiar vinculado a las violencias sexuales incluidas en el Proyecto de Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual, la conocida como ley del solo sí es sí.

Además, dentro de esta categoría, se han establecido cuatro grupos distintos: el feminicidio por agresión sexual por parte de un hombre hacia una mujer con la que no tiene relación íntima ni familiar, el vinculado a la trata con fines de explotación sexual, explotación sexual, prostitución u otras actividades con connotación sexual estigmatizadas por género, el relacionado con la mutilación genital femenina y el vinculado a matrimonio forzado.

En la primera de ellas se podrían incorporar casos tan conocidos como el de Diana Quer, asesinada en 2016 por José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, que abusó de ella antes de perpetrar el crimen.

También se contabilizaría aquí el asesinato de Laura Luelmo, la joven zamorana de 26 años agredida sexualmente y asesinada en diciembre de 2018 en El Campillo (Huelva) por parte de Bernardo Montoya, un vecino que residía en una vivienda frente a la de la joven.

FEMINICIDIO SOCIAL

Será un feminicidio social el asesinato de una mujer por una agresión, de carácter no sexual, por parte de un hombre con el que no tenía una relación de pareja, ni era familiar (un desconocido, un compañero de trabajo, un vecino, un amigo, empleador etc.).

Sin embargo, tal y como han explicado fuentes de Igualdad, a priori un robo que acabe con la muerte de la mujer no entraría en esta calificación.

En este apartado podría entrar el asesinato en Albacete de la vendedora de cupones de la ONCE María Isabel de la Rosa, cuyo cadáver encontró la policía, emparedado, en el domicilio de un hombre con el que pudo haber discutido por una deuda que el asesino tenía con ella.

FEMINICIDIO VICARIO

Es el asesinato (por parte de un hombre) de una mujer o de los hijos e hijas menores de edad, para causar perjuicio o daño a otra mujer. Solo se tendrán en cuenta las víctimas mujeres y los menores de edad (tanto niños como niñas).

Igualdad contempla en esta categoría los asesinatos tanto en el ámbito de la pareja o expareja, como fuera de ella.

Entre los feminicidios vicarios de hijos e hijas menores de edad se contarían los seis casos de niños asesinados en lo que va de año a manos de las parejas o exparejas de sus madres, la última de ellas, una niña de 11 meses presuntamente asesinada por su propio padre en Cantabria el pasado 17 de diciembre.

En esta categoría entrarían también las dos hermanas (Anna y Olivia) que desaparecieron el pasado mes de abril en Canarias después de que su padre decidiera no entregárselas a su madre, de la que se había separado. El padre habría dado muerte a las niñas y arrojado sus cuerpos al mar en un plan preconcebido para causar a su expareja el mayor dolor. Solo se ha podido recuperar el cuerpo de Olivia, de 6 años.

Dentro de los feminicidios vicarios se encontrarían también los asesinatos de otras mujeres y menores: hijas de 18 o más años asesinadas por un hombre y otras mujeres mayores de edad (como amigas, hermanas, etc.), además de menores allegados (como por ejemplo sobrinas o sobrinos).

Este sería el caso, por ejemplo, de Laura del Hoyo, asesinada junto con su amiga Marina Okarinska por el exnovio de esta última, Sergio Morate, en agosto de 2015 en Cuenca. Laura y Marina acudieron al domicilio de Morate a recoger unos enseres después de que la pareja rompiera su relación y allí acabó con la vida de su exnovia y, para no dejar testigos, asesinó también a Laura.

No entraría en esta categoría, sin embargo, el asesinato el pasado lunes de un hombre en la localidad toledana de Gálvez, muerto a manos del ex de su actual pareja, a la que también agredió.

Tampoco entrarían los padres, hermanos o hijos mayores de edad asesinados por las parejas o exparejas de las mujeres víctimas de violencia machista al no poder incluirse en la categoría de feminicidios.