Al primer exalumno de la Universidad Pública de Navarra en ocupar el Rectorado la pandemia no le ha trastocado mucho los planes. Algunos, como la construcción del nuevo edificio de Ciencias de la Salud, van con algo de retraso pero el ambicioso programa con el que se presentó a rector, avanza. Y lo hace, asegura Ramón Gonzalo, gracias al trabajo de su equipo. Este ingeniero de Logroño confiesa que "lo que más feliz me hace es comprobar que la sociedad navarra cada vez reconoce más la relevancia de la UPNA y la comunidad universitaria cada vez se implica más con la propia institución y colabora más con el tejido económico y social para promover el desarrollo de Navarra". "Si Navarra va bien, la UPNA va bien".

Está inmerso en su tercer año como rector y su mandato ha estado marcado por la pandemia. ¿Le ha trastocado mucho sus planes?

-Todo se retrasa un poco pero ya trasladé a la comunidad universitaria que los proyectos seguían su curso, con algo de retraso, pero van adelante. Tenía 11 acciones estratégicas y 90 medidas y hace unos meses miré cómo iba la cosa y de las 90 medidas, un 70% estaba encaminada, y de las 11 acciones había ocho y pico que también. La valoración es buena y las cosas salen adelante gracias a que tengo un equipo que trabaja muchísimo.

¿Qué ha aprendido en estos años en el Rectorado?

-Venía de ser vicerrector y la visión general de la universidad la tenía. Pero no es lo mismo ser vicerrector que ser rector. Por dos cosas. Los vicerrectores son más ejecutivos, son los que están al pie del cañón haciendo cosas y a mí me gusta hacer cosas, por lo que me costó un poco situarme. Y la segunda es que no puedes mirar hacia arriba y decir ¿Qué hacemos con esto? porque no hay nadie. Pero el aprendizaje fundamental es que las cosas funcionan si la gente quiere que funcionen. Un equipo rectoral trata de motivar a la gente para que compartan el futuro que ves para la universidad y vayan contigo en el camino. La universidad está compuesta por personas, si ellas se involucran, la universidad avanza.

A finales de 2021 se firmó el segundo convenio de financiación plurianual, ¿qué supone para la UPNA? ¿Fue dura la negociación?

-Todo cuesta pero con el esfuerzo de todos se consigue. Tengo que agradecer al Gobierno foral su apuesta por la UPNA. Son conscientes de que la universidad es importantísima para el desarrollo de Navarra y eso se nota. Para nosotros el convenio es fundamental porque nos garantiza estabilidad. Sabemos con lo que contamos en los próximos tres años lo que te permite hacer proyectos a medio plazo. Si cada año tienes que estar negociando y no sabes con cuánto vas a contar es más difícil lanzar proyectos. Da mucha seguridad y para una institución como la universidad es clave: saber qué quiero hacer y tener recursos para hacerlo. Además aquí hay una cosa clara y es que hay que pagar al personal, y el capítulo 1 supone el 77% del presupuesto. Entre el 10-13% se destina a electricidad, jardinería... Los márgenes que quedan para hacer cosas rondan entre el 4% y el 8%.

En su intervención ante el claustro dijo que 2022 será un año marcado por cambios importantes. Entre otros proyectos comienzan las obras del nuevo edificio de Ciencias de la Salud. ¿Cuándo estará listo?

-La idea es que entre en funcionamiento en 2024-25. Está en licitación y esperemos que las obras empiecen en junio porque son 26 meses.

Otra de sus apuestas es crear un campus verde y sostenible en Arrosadia. ¿Qué acciones plantea ?

-El proyecto que vamos a lanzar es hacer un campus sostenible energéticamente. Vamos a poner paneles fotovoltaicos en la universidad para tener más autoconsumo con energías renovables. La idea es reducir más de un 30% de energía primaria que consume la UPNA. Pondremos cargadores eléctricos para bicis, coches, patinente. Se enmarca en un convenio que tenemos que terminar de firmar con el Gobierno foral dentro de los fondos de resiliencia para que nos ayude a tener un green camp.

La UPNA ha alcanzado un acuerdo con el consorcio de universidades europeas UNITAR, lo que le sitúa según afirmó "a la vanguardia de las educación superior" de Europa.

-Es una apuesta estratégica muy relevante, una de las cosas más importante que nos pueden pasar en los próximos años. La UE ha hecho una apuesta por crear universidades europeas. Sacó dos convocatorias para constituir consorcios para la creación de universidades europeas. En la primera aprobó 17 y en la segunda, 21. En cada consorcio hay entre 4 y 7 universidades. Su idea es crear algún consorcio más pero sobre todo quiere crecer en el número de universidades que conforman esos consorcios. En concreto, UNITAR era un consorcio que se creo en la segunda convocatoria con seis universidades (la de Zaragoza, dos de Francia, una de Portugal, una de Rumanía y otra de Italia). La Universidad de Zaragoza nos contactó y hemos entrado como asociados junto a otras tres. En total somos 10 y a partir de 2023 seremos miembros de pleno derecho.

¿Qué beneficios tiene formar parte de este consorcio europeo?

-Las universidades de estos consorcios están llamadas a definir el nuevo modelo de enseñanza superior para Europa. Para nosotros entrar ahí es un privilegio porque no es fácil. Nos permite algo que nos faltaba como Universidad: establecer relaciones estables de confianza. Nosotros tenemos programas de intercambio con muchas universidades y es cierto que encontrar socios para la movilidad de estudiantes, si lo trabajas bien, es sencillo, pero tener relaciones estables de confianza es complicado. En este sentido, el consorcio nos facilita las cosas. Además, Europa tiene muchos proyectos, mucha financiación...y tener socios potentes ayuda mucho.

Entre 2018 y 2019 se acometió una de las mayores ampliaciones de la oferta con la incorporación de ocho nuevos grados. ¿Hay sitio para más?

-A nivel de grado queremos consolidar los nuevos y no tenemos idea de poner mucho más. Sí se ha creado un grupo de trabajo para implantar Ciencias de la Actividad Física y Deportiva en 2023-24. Es una carrera que tiene demanda y muchos estudiantes se van a otras universidades. Además tenemos gente potente relacionada con la investigación en salud y actividad física deportiva. Pero la oferta que queremos potenciar es la de máster. Tenemos una oferta muy pequeña y estamos trabajando con la idea de retocar algunos de los que tenemos y ofertar nuevos. Este año se va a oferta uno de genero y se está trabajando en otros como el de Psicología, que se necesita para ejercer. En másteres tenemos capacidad para crecer. En grados también, de hecho no estamos sobredimiensionados, pero no tenemos mucho sitio. De hecho empezamos a tener problemas de espacio.

¿En que quedó aquel proyecto de ampliación del Aulario?

-Ese proyecto se quedó paralizado. Sería ideal poner un cuarto bloque donde el Aulario, pero no tenemos capacidad económica. Sí hemos acordado con el Gobierno hacer obras en El Sario, que tiene una zona desocupada, para laboratorios, aulas...

De grados entonces sólo INEF...

-Sí, pero estamos trabajando para ofertar grados duales y másteres duales una nueva posibilidad formativa que nos permite el nuevo decreto de enseñanzas. Consiste en combinar la la universidad con la formación en la empresa: año o año y medio en el caso de un grado de 4 años, y medio año en los másteres de año y medio.

¿Hay experiencia en otras universidades?

- La Universidad de Mondragon tiene varios y la UPV tiene un grado dual con la Mercedes. El resto no hacíamos porque no había normativa.

¿En qué tipo de oferta están trabajando y cuándo implantarían?

-La idea es ofertar algún grado dual en 2023-24. Se puede aplicar en todas las áreas siempre y cuando encuentres las empresas en las que puedas conseguir esa dualidad. Parece que la más fácil podría ser el ámbito de las ingenierías pero se puede hacer en todos. Hay dos opciones: sacar algunas plazas dentro de un grado o hacer un grado completo. Nuestra idea es sacar un grado completo, de 25-30 plazas, para poder garantizar que van a rotar por esa empresa y van a conseguir las competencias. Los grados actuales no están preparados para la dualidad por lo que haríamos es desarrollar nuevos grados específicos en función de las empresas en las que se va a hacer la dualidad y las competencias que se quieren adquirir.

Podrían tener más salidas laborales...

- Salidas laborales tenemos ya todas. Nos están venga a pedir profesionales, no somos capaces de dar respuesta a la demanda que hay. Los últimos estudios internos indican que nuestros egresados están todos trabajando y los que no están es porque están en transición o haciendo un máster, un curso... En todas las áreas. Ahora mismo el problema es al revés. Cuando el sector industrial tiene mucha fuerza nos cuesta conseguir profesores porque la gente tiene trabajo. Y cuando la situación económica es peor nos es más fácil. Nos pasa también con los doctorandos. Algunos son vocacionales pero otros si no hay trabajo igual se quedan, pero si hay es más difícil porque las empresas vienen a buscarlos. Y eso ahora se nota.

¿Cómo avanza la oferta de asignaturas en inglés y en euskera?

-Estamos ya en un 23-24% de asignaturas en euskera y algo menos en inglés. Nuestra idea es seguir creciendo en el número de créditos en ambos idiomas pero hacerlo en bloques. Por ejemplo el año que viene vamos a dar un semestre de Enfermería en euskera y en Trabajo Social iremos por el mismo camino. Ahora bien en algunas áreas tenemos problemas para encontrar profesores.

En 2015 había una bolsa de 165 profesores que tenían una acreditación académica superior a la plaza que tenían. Cuando se presentó a rector afirmó que su objetivo era sacar 60 plazas en 3-4 años. ¿Cumplirá?

-Con las plazas que sacamos este año van a quedar muy pocos profesores en la bolsa y en 2023 seguramente ya no habrá ninguno. Con el PAS estamos esperando a que el Gobierno foral regule el proceso de estabilización de las plazas de administración y servicios. Tenemos aprobadas las plazas que hay que estabilizar pero necesitamos esa regulación.

Muchos retos y sólo le queda unaño y medio. Luego... ¿otros 4 años?

-(Risas). Luego Dios dirá. Todavía queda mucho. l